La pandemia por el Covid19 ha acelerado de una manera notable el proceso de digitalización de las empresas. El parón por el confinamiento ha sido aprovechado por millones de empresas en todo el mundo para dar un fuerte impulso a su almacenamiento de datos en ‘la nube’, necesario para sobrevivir en un entorno digital cambiante. Una mayor digitalización que también conlleva una mayor sostenibilidad en el mundo empresarial al ser el ‘cloud computing’ o computación en la nube un elemento clave y eficiente.
Según estudios realizados, la ‘gestión cloud’ ayuda a las empresas a aumentar enormemente su sostenibilidad, además de generar ahorros muy significativos. La presión que se ejerce sobre las empresas con la aplicación de los criterios ESG es cada vez mayor y los inversores miran con lupa si operan de una forma responsable en sus respectivos sectores. Aprovechar el poder de una plataforma ‘cloud’ sostenible permite a los CEOs aliviar la presión y descubrir nuevas fuentes de innovación y crecimiento.
Pero, ¿qué se entiende por ‘cloud sostenible’? Pues sencillamente es una nube compartida, en la que muchas empresas centralizan su actividad, en vez de hacerlo cada una de ellas en una nube particular o privada. De esta manera se reduce el número de servidores totales que se necesitan para operar y estos funcionan de manera más eficiente.
Y no es una cuestión menor. Las migraciones a la nube pública o compartida pueden reducir las emisiones de CO2 en 59 millones de toneladas anuales, lo que es equivalente a retirar 22 millones de coches de la circulación, según datos de Accenture.
EL GRAN NEGOCIO DE LA DÉCADA
¿Quién no ha oído hablar de Google Cloud o de Amazon Web Service? Los proveedores de servicios ‘cloud’ globales, Amazon, Microsoft y Google han crecido de manera agresiva en todo el mundo. A comienzos de 2021 representaban el 66% del mercado europeo. Entre los proveedores del viejo continente, Deutsche Telekom es el líder con el 2% del mercado, seguido de OVHcloud, Orange y una larga lista de telecos nacionales y especialistas en ‘cloud’, que se reparten las migajas del pastel, aunque no por ello dejan de ser negocios lucrativos.
La nube constituye uno de los grandes negocios para las grandes corporaciones. Amazon Web Services (AWS), considerado estratégico para el futuro de la compañía, experimenta incrementos de facturación interanual de más del 30%. Y los beneficios netos de estas corporaciones superan las decenas de miles de millones de euros cada año, gracias al fuerte crecimiento de su negocio en la nube.
Estos números no hacen más que corroborar que las empresas se han dado cuenta de los beneficios del ‘cloud sostenible’ y los están aprovechando, de lo que se benefician especialmente los tres gigantes citados. Porque, tan solo en Europa, los tres grandes proveedores ‘cloud’ estadounidenses tienen ahora casi 70 centros de datos hyperscale y más de 150 puntos de presencia locales adicionales.
BENEFICIOS DEL CLOUD COMPARTIDO
Los beneficios de migrar a una ‘nube compartida’ son varios y afectan claramente a la sostenibilidad de las empresas, generando ahorros considerables en sus gastos energéticos. Aquí entran en juego varios factores, como una mayor flexibilidad de la carga de trabajo, unos mejores índices de uso de los servidores y una mayor eficiencia energética de la infraestructura.
Todo esto hace que el segmento ‘cloud público’ sea más rentable que los centros de datos propiedad de las empresas. Esto es así porque los compartidos disponen de la inversión, el cuidado y el conocimiento necesario para llegar a mayores cotas de eficiencia y sostenibilidad, mucho más que los clientes individuales.
Las empresas que migran a este tipo de ‘cloud’ pueden reducir en un 65% su consumo energético, y en un 84% sus emisiones de carbono. Por otro lado, pueden reducir hasta 50 veces el consumo energético de sus aplicaciones eligiendo el lenguaje de programación adecuado para cada tarea. Y, además, pueden disminuir en un 98% sus emisiones de carbono configurando aplicaciones sostenibles para ‘cloud’.
Aquellas compañías que emprenden cada día su camino hacia ‘la nube’ se enfrentan a varios dilemas. Las decisiones que toman determinan directamente el grado de sostenibilidad de sus soluciones y los beneficios que estas aportan.
Quienes acierten con su elección alcanzarán unos niveles de innovación sin precedentes que harán posible un planeta más verde y un balance financiero más respetuoso con el medio ambiente. Los directivos y responsables de miles y miles de empresas están ante un momento crucial. De su toma de decisiones, en aspectos como los citados, va a depender mucho el éxito o no de su gestión, y la confianza que puedan generar en los inversores, necesarios para el crecimiento y la consecución de los objetivos marcados.