Una nueva investigación publicada en la revista ‘Anaesthesia’ ha revelado que el tromboembolismo venoso (TEV), una complicación conocida de la cirugía, tiene un 50 por ciento más de probabilidades de producirse en pacientes con infección actual por COVID-19 y casi el doble en aquellos con infección reciente.
El estudio también descubrió que tener un TEV se asociaba con un riesgo 5 veces mayor de muerte en los 30 días siguientes a la cirugía, en comparación con los pacientes sin TEV. El TEV es una enfermedad en la que se forman peligrosos coágulos de sangre en las venas y se ha descrito como la primera causa evitable de muerte en pacientes hospitalizados.
El estudio fue realizado por ‘GlobalSurg-COVIDSurg’, dirigida por la Universidad de Birmingham (Reino Unido), una colaboración mundial de más de 15.000 cirujanos que trabajan juntos para recopilar una serie de datos sobre la pandemia COVID-19. La colaboración ya ha producido varios estudios, y este nuevo análisis incluyó 128.013 pacientes, procedentes de 1630 hospitales de 115 países.
Se clasificó a los pacientes con TEV (embolia pulmonar o trombosis venosa profunda) en los 30 días siguientes a la intervención quirúrgica. El diagnóstico de SARS-CoV-2 se definió como peri-operativo (entre 7 días antes y 30 días después de la cirugía); reciente (entre 1 y 6 semanas antes de la cirugía); anterior (7 semanas o más antes de la cirugía); o sin diagnóstico pasado o presente.
La tasa de TEV postoperatoria fue del 0,5 por ciento (666/123.591) en pacientes sin SARS-CoV-2; del 2,2 por ciento (50/2317) en pacientes con SARS-CoV-2 perioperatorio; del 1,6 por ciento (15/953) en pacientes con SARS-CoV-2 reciente; y del 1,0 por ciento (11/1148) en pacientes con SARS-CoV-2 anterior.
Tras el ajuste por factores de confusión, los pacientes con SARS-CoV-2 perioperatorio tenían un 50 por ciento más de riesgo de TEV y los que tenían SARS-CoV-2 reciente un 90 por ciento más de riesgo. Los pacientes con SARS-CoV-2 anterior tenían un 70 por ciento más de riesgo de TEV, pero este resultado tenía una significación estadística límite.
En general, la TEV se asoció de forma independiente con la mortalidad a los 30 días, aumentando el riesgo de muerte durante este periodo en 5,4 veces. En los pacientes con SARS-CoV-2, la mortalidad sin TEV fue del 7,4 por ciento (319/4342) y con TEV fue de nuevo más de cinco veces superior, con un 40,8 por ciento (31/76).
Los autores señalan una importante limitación del estudio: que no se disponía de información sobre los regímenes de profilaxis de estos coágulos sanguíneos en las venas ni sobre la anticoagulación preoperatoria para prevenirlos. Asimismo, afirman que «es necesario seguir investigando para definir los protocolos óptimos de prevención y tratamiento de la TEV en los pacientes quirúrgicos en el contexto de la infección por SARS-CoV-2».
«Las personas que se someten a una cirugía ya tienen un mayor riesgo de TEV que el público en general, pero descubrimos que una infección actual o reciente por el SARS-CoV-2 se asociaba a un mayor riesgo de TEV postoperatoria. Los pacientes quirúrgicos tienen factores de riesgo de TEV, como la inmovilidad, las heridas quirúrgicas y la inflamación sistemática, y la adición de la infección por SARS-CoV-2 puede aumentar aún más este riesgo», explica la coautora del estudio, Elizabeth Li, residente de cirugía general en el Hospital Universitario de Birmingham.