La casa de papel nos ha regalado muchos personajes. Tokio, interpretado por Úrsula Corberó, se ha convertido en el favorito de la gente. Es un papel que tiene encima muchísimo que contar, y cuenta con una carga emocional que lleva en sus venas como guerrera que es hasta el final. Ese espíritu de nunca rendirse es el que hemos visto de este rol, y ha sido de gran influencia para la Banda de atracadores y para el propio Sergio Marquina. Y es que, con todo y que él es la mente maestra de todo el atraco, hay que decir que no hubiese sido nada sin la presencia de Silene Oliveira, nombre original del personaje.
Claro, en el grupo es la líder, y aunque no lo creas, la catalana estaba destinada a darle vida a esta narradora y protagonista. A día de hoy, resulta impensable que otra figura pública lo hubiese hecho igual o mejor que ella. Es como si el director hubiera creado esta personificación pensado en ella, ya que calzó desde el día uno. Y estamos convencidos que el final de temporada será la oportunidad para confirmar una vez más que este papel le quedó como anillo al dedo.
4Por qué ha gustado tanto el personaje de Tokio
A Tokio la mueven muchas cosas, y entre tantas, tenemos el amor hacia los suyos. Aún con esa actitud tan fuerte con la que se planta en la ficción. Úrsula Corberó supo de buenas a primeras asumir el rol de una forma responsable y se entregó en cuerpo y alma. Es más, con motivo del estreno de la quinta y última temporada en su volumen número uno, la celebridad ha dicho que ha vivido tanto este personaje que ha tenido que echar unas cuantas lágrimas para poder caer en cuenta que tiene que decir adiós.
Es un ejemplo de que más allá de hacerlo bien, para poder calar en el gusto de la audiencia es fundamental creerse el personaje, entender sus motivaciones y frustraciones, a fin de traspasar la pantalla. Como todos sabemos, la intérprete hizo de Tokio, el personaje más mediático de la serie, logrando los objetivos que tenían desde La casa de papel, y que en sus comienzos pensaron que estarían destinados al fracaso. Pero fue una alerta de que debían innovar, y así fue como apareció Netflix a salvarles la vida.