El acero inoxidable probablemente rodea tu cocina y no es extraño. Es un material tan duradero y fácil de limpiar que viene en muchos tipos diferentes, además de que se ve muy bien.
El acero es resistente, por lo tanto es una de las principales opciones para elegir al momento de equipar la casa, en especial la cocina. Sin embargo, eso no significa que no deba recibir cierto tipo de cuidados para su permanencia en el tiempo.
Todo lo que tenga que ver con utensilios de cocina, mesas de trabajo, fregaderos e incluso electrodomésticos de acero inoxidable. Todo debe recibir un correcto mantenimiento de manera que estos puedan mantenerse con el paso de los años.
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A diferencia del hierro o el acero que se corroe fácilmente, este contiene metales adicionales como cromo y níquel. No confundas el acero inoxidable con el acero galvanizado: el acero galvanizado es acero simple con una capa de zinc depositada en la superficie.
Si bien hay muchas “series” diferentes (diferentes composiciones) de acero inoxidable, dos de las más comunes que verás en la industria de servicios de alimentos son la serie 400 y la serie 300.
El acero inoxidable de la serie 400 contiene cromo y el de la serie 300 contiene cromo y níquel para una mayor durabilidad y resistencia a la corrosión.
Sin ser demasiado técnico, agregar estos metales en porcentajes específicos al acero en sí cambia su composición hasta el nivel atómico y forma una película invisible en la superficie, que protege al metal contra la corrosión.
Datos que debes saber sobre el acero inoxidable
Debido a que esta película tiene solo una millonésima de pulgada de espesor, puede dañarse si se abusa. Tres cosas básicas pueden dañar esta capa protectora y permitir que la corrosión se arraigue:
- Abrasión mecánica: cualquier cosa que pueda rayar la superficie del acero, incluidas lana de acero, cepillos de alambre y raspadores
- Depósitos y agua: el agua dura que queda en la superficie dejará manchas de agua y puede romper la capa de protección, así como los depósitos de alimentos.
- Cloruros: se encuentran en el agua, los alimentos y la sal de mesa, pero se encuentran principalmente en muchos limpiadores domésticos e industriales.
¿Cómo mantenerlo de forma impecable?
Sobre la limpieza del acero inoxidable, se recomienda limpiar a mano una superficie de acero inoxidable con una toalla de microfibra azul.
Utiliza las herramientas de limpieza adecuadas: lo mejor es utilizar paños suaves, microfibras, esponjas o estropajos de plástico. Evita el uso de raspadores, cepillos de alambre, lana de acero o cualquier otra cosa que pueda rayar la superficie.
Limpia con las líneas de pulido: el acero inoxidable generalmente tiene un “grano” que se puede ver corriendo en una dirección u otra. Si puedes ver las líneas, siempre es mejor fregar o limpiar en paralelo a ellas. Esto es especialmente importante si tienes que usar algo más abrasivo que un paño o un limpiador.
Utiliza los productos químicos de limpieza adecuados: el mejor limpiador para acero inoxidable contendrá productos químicos alcalinos, alcalinos clorados o sin cloruro.
Saber cómo desinfectar y limpiar el acero inoxidable: también es una buena idea desinfectar y limpiar el acero inoxidable con frecuencia, utilizando productos químicos con la concentración requerida.
Tenga en cuenta
Simplemente elimina cualquier partícula grande de comida de la superficie que se va a desinfectar mediante el lavado previo, el raspado previo o el remojo previo. Enjuaga estas áreas a fondo con agua y luego rocíe el químico sobre la superficie afectada. Humedece el área durante varios minutos y déjela escurrir y secar al aire. No enjuagues ni limpies el desinfectante de la superficie limpia.
Minimiza el impacto del agua dura: si tienes agua dura, tener un sistema de ablandamiento de agua es probablemente la mejor opción, pero puede que no sea práctico en todas las situaciones. Si tienes agua dura y no puedes tratarla en todas tus instalaciones, es una buena idea no dejar que el agua se acumule en las superficies de acero inoxidable durante períodos prolongados.
Incluso con la limpieza y el cuidado adecuados, pueden aparecer manchas de óxido durante largos períodos de tiempo. Sigue los pasos a continuación para ayudar a restaurar tus productos de acero inoxidable.
Determine la causa de la corrosión. Ya sea por abrasiones mecánicas, depósitos, agua o cloruros / químicos, es necesario determinar qué está causando la corrosión para que puedas corregir tu cuidado y limpieza para evitarla en el futuro.
Desinfección del acero inoxidable
Para mantener una desinfección completa del acero inoxidable, necesitarás:
Esponja: Utiliza una almohadilla que no raye, como la 3M 2000, para eliminar el óxido del producto. No apliques humedad ni productos químicos a la almohadilla, solo usa la almohadilla sobre el metal. Frota suavemente con la veta del acero inoxidable.
Polvo todo uso: Aplica una pasta o polvo de limpieza, como el polvo de limpieza para todo uso, con un paño suave o una toalla de microfibra en el área afectada. Humedece un área separada de la toalla y elimina cualquier exceso de pasta o polvo.
Pulidor: Asegúrate de utilizar con frecuencia un pulidor seguro para acero inoxidable, para ayudar a eliminar cualquier elemento corrosivo del acero inoxidable y permitir que se restaure la capa pasiva.
Vinagre blanco: Un buen método de desinfección y limpieza lo tienes con vinagre blanco destilado y agua. El acero inoxidable no es una excepción. El vinagre ayuda a eliminar la grasa residual que quede de las yemas de los dedos o de la cocción en la superficie. Ponlo en una botella con atomizador y límpialo.
Desinfectante: Manos enguantadas sosteniendo una tina con los equipos o utensilios de acero inoxidable, empapados en solución desinfectante. Remoja por aproximadamente 20 minutos. Preferiblemente utiliza un polvo concentrado (un poco rinde mucho) penetra y satura la suciedad para una eliminación más eficaz en su ciclo de lavado.