Un refrescante gazpacho siempre cae bien cuando el sol aprieta, al mediodía como un entrante o plato único e incluso para tener una jarra bien fría en la nevera y refrescarse cada vez que se quiera; el gazpacho es una opción llena de sabor, aroma y frescor.
Al prepararse con tan pocos ingredientes, cada uno debe aportar el sabor justo, el aroma justo, y danzar de manera perfecta con el resto sin llegar a minimizar la intensidad de ninguno de los presentes. Debates de sí el gazpacho lleva o no lleva pan se han suscitado por años, tal como ha sucedido con los largos y extenuantes debates de si lleva o no pepino.
Y es que para los puristas de la gastronomía tradicional, hay ciertas variaciones que no deberían ser permitidas. En el caso del pan hay quienes prefieren omitirlo, mientras que otros deciden añadir solo un poco y algunos más osados llegan incluso a añadir tanto que terminan preparando una sopa fría con textura de salmorejo.
2¿Qué hay del pan? y ¿cuál es el mejor?
Como te he comentado, el pan es uno de los ingredientes necesarios para lograr un rico gazpacho, y en muchas ocasiones se cometen algunos errores a la hora de su utilización. Generalmente escucharás decir que al ser un plato de aprovechamiento, el gazpacho admite o requiere a gritos un trozo de pan viejo o demasiado duro.
Nada más alejado de la realidad, el pan que vayas a utilizar en el gazpacho puede ser un poco viejo; del día anterior, pero no te exageres con usar uno de muchos días. Mientras más duro es el pan, más tropezones tendrá el plato; así mismo, es probable que tengas la sensación de degustar un gazpacho harinoso. Esto debido a toda la cristalización del almidón que se da en la miga del pan.
En caso de solo tener a la mano pan que ya esté muy duro, recuerda entonces que deberás remojarlo para que quede lo más suave posible, aunque la textura harinosa será difícil de disimular.