Los recuerdos de la infancia son los más dulces que se pueden tener; ¿quién no recuerda un domingo familiar en casa de la abuela disfrutando de todo su cariño?. Uno de los recuerdos que vienen de esos bellos momentos, es el olor que desprendía de su cocina cada vez que preparaba sus más tradicionales recetas para consentir a la familia. Las albóndigas forman parte de ese repertorio gastronómico que las abuelas han preparado por años y que siempre que sirven en el plato dejan a todos enamorados.
Si bien la cocina de vanguardia esta cada vez más de moda, y muchos chefs han caído rendidos ante ella, no hay que negar que los sabores y texturas más tradicionales permanecen en un lugar de honor de los gustos de todos. Las recetas sencillas, llenas de aroma y con mucho sabor, permanecen allí, solo falta que quieran ser preparadas y disfrutadas cada vez que quieras.
Te propongo hacer unas clásicas y ricas albóndigas con todo el cariño hogareño y los más divinos aromas que invadirán tu hogar. Una receta tradicional de la cocina española, que definitivamente hace que todos quieran disfrutar más.
Cómo hacer honor a la tradición: Las más divinas albóndigas de la abuela
Platos tradicionales y divinos hay muchos. Y en la mayoría de ellos su origen se pierde en el tiempo. Una buena fabada representa lo más típico de Asturias, un bacalao al pil pil enorgullece a cualquier vasco, pero las albóndigas tradicionales de la abuela, enganchan a todo el país en esos olores y sabores que todos han disfrutado alguna vez y que son capaces de hacer que se viaje en el tiempo con solo probar un bocado.
Una receta muy sencilla, humilde, pero grandemente poderosa, sabrosa y de esas en las que siempre quedas preguntando si quedó algo por allí para guardar y disfrutar luego.
La preparación de la carne y el toque de jugosidad interior que enamora a todos
Para preparar estas jugosas y sabrosas albóndigas de la abuela, se utilizan dos tipos de carne, que serán las encargadas de dar en el blanco, equilibrando la consistencia más tierna con la jugosidad que fascina a todos. Con ½ kilo de carne picada mixta (mitad de ternera y mitad de cerdo), lograrás una combinación fenomenal. Por un lado la ternera, con sus propiedades magras y tiernas y por el otro el cerdo con su aporte de grasa y sabor, enamorarán a todos.
Comenzar a aliñar la carne para las albóndigas es el paso principal, y para hacerlo solo debes colocar en un bol 1 huevo junto a 15 ml de leche y añadir 1 rebanada de pan de molde. Mezcla todo con la ayuda de un tenedor e incorpora 1 diente de ajo finamente picado y 1 calabacín rallado. Espolvorea un poco de sal y un poco de perejil picado. Cuando todo esté mezclado, añade la carne picada. Tapa el bol con un papel film y llévalo a la nevera por una hora, para que la carne absorba todos los sabores.
Transcurrida la hora dentro de la nevera, saca la masa de carne para comenzar a darle forma a las albóndigas. Coloca también en un plato un poco de harina y calienta una sartén honda con una cantidad generosa de aceite de oliva virgen extra.
Toma pequeñas porciones de la masa de carne y forma bolas, pásalas por la harina y cuando el aceite esté bien caliente, llévalas a freír. Retíralas del fuego en un par de minutos, al observar que están doradas y colócalas en un plato con papel absorbente para eliminar el exceso de grasa.
La salsa, el toque de cremosidad para sumergir a las más jugosas y tiernas albóndigas
Una vez que tienes listas las albóndigas, déjalas reposar en un plato mientras preparas la salsa. Coloca una cacerola con un chorro de aceite de oliva virgen extra sobre el fuego y añade 1 cebolla mediana y 1 diente de ajo comienza a pochar la cebolla junto al ajo durante unos 10 minutos a fuego suave. Agrega 1 cucharada de harina y remueve, tal como si estuvieses haciendo un roux para bechamel.
Cuando notes que la harina se está cocinando bien y comienza a tomar color, vierte 300 ml de caldo de carne. Cocina por unos minutos y coloca las albóndigas dentro de la salsa. Pon la tapa a la cazuela y deja que las albóndigas se cocinen a fuego muy bajo durante 20 minutos.
Las albóndigas de la abuela pertenecen a la categoría de las recetas que puedes comer tranquilamente al día siguiente, y estarán mejores y sabrosas; así que puedes preparar una buena cantidad para guardar y llevar el día siguiente al trabajo. Son un plato muy completo que quedará perfecto para comer al mediodía, acompañando con arroz blanco, puré de patatas y un trozo de pan que no puede faltar para mojarlo en la salsa.
Si deseas darle un toque diferente de sabor, puedes añadir a la salsa un chorrito de vino blanco. Este realzará muy bien los sabores, dejando un resultado estupendo. Así mismo, puedes añadir una zanahoria finamente rallada y dar un ligero color más atractivo y característico de forma completamente natural.
Si eres amante de la cocina tradicional y deseas hacer uno de esos platos tradicionales de la abuela, no dudes en preparar unos divinos caracoles o unas manitas de cerdo con la receta mágica y hogareña de los sabores de antaño.