El cerebro del modelo de educación de hijas e hijos llamado FlexiCrianza es la psicóloga Clara Ospina. La experta profundiza en algunos de los detalles más relevantes de su propuesta en esta entrevista.
¿Cuál es la propuesta de FlexiCrianza?
FlexiCrianza es un modelo que, como su nombre dice, prioriza la flexibilidad de estrategias educativas, de acuerdo con el contexto en el que se da y a las personas que están involucradas (padre/madre/hijos(as)/otras personas). Esto marca todo el concepto del modelo porque significa, entre otras cosas, que:
- No hay una forma correcta de educar. Hay tantas formas correctas como personas y relaciones personales existen. Incluso podríamos decir que no hay formas correctas, porque incluso las incorrectas educan.
- No hay una sola forma de ser buenos papás o mamás: todo depende de lo que sucede, cuándo y dónde sucede, quién interviene y los resultados de la intervención, ya que lo que vale no son solo las acciones, sino el cómo son filtradas por las personas involucradas y los resultados que tienen.
- No hay personas más importantes que otras en un ambiente educativo. Desmitificamos a padres y madres como seres todopoderosos, pero al mismo tiempo desmitificamos la necesidad de sacrificarse permanentemente por sus hijos(as). Los más pequeños(as) entran a ser participantes activos de pleno derecho en su educación, pero con los límites a la tiranía que muchas veces se les permite y con las responsabilidades y consecuencias a sus acciones.
Hay más aspectos, pero esto te puede empezar a dar una idea de lo que proponemos.
¿Cuáles son las diferencias entre este método y los otros?
En FlexiCrianza compartimos los principios de otros modelos como la crianza respetuosa, crianza consciente y la disciplina positiva. Todos hablamos de cortar con las posiciones de poder de padres y madres en las que los hijos e hijas tienen pocos derechos y son vistos como personitas inmaduras e incapaces, supeditados a la dirección de las personas adultas, lo que se llama “adultocentrismo” y de erradicar la agresión física y verbal como elemento indispensable en la corrección de comportamientos no deseados.
En FlexiCrianza lo que matizamos es el “cómo” educamos, dependiendo de “quiénes” están involucrados y en “qué” situación está sucediendo esa acción educativa. Hablamos de “estilo educativo”, “momentos pedagógicos”, “apuesta educativa” para aterrizar la educación a las condiciones particulares de las personas y las familias que han construido. Desidealizamos tanto la educación como las personas que educan.
Se dice que los hijos no traen un manual bajo el brazo. ¿Realmente se puede se mejor madre o padre, teniendo en cuenta que no hay un solo modelo que pudiéramos catalogar de “mejor”?
Por supuesto que sí. El creer que hay un solo modelo “bueno” o mejor es lo que te lleva a grandes fallos que dañan la relación con tus hijos(as), porque terminas tratando de obligarlos a que se conviertan en algo que no son para que la sociedad no te tilde de mal padre o mala madre.
Los modelos únicos corresponden a las exigencias sociales preestablecidas que no son aptas para todos los públicos, dejan muchas realidades personales por fuera de lo aceptable y quienes no están incluidos en esas parcelas, deben ser rechazados, castigados, arrastrados dentro de la cerca y vigilados hasta que sean como todos los demás.
¿Está siendo tan diferente educar en estas épocas de lo que lo era con generaciones anteriores?
Siempre ha sido difícil educar, porque siempre hay una gran diferencia entre la forma de pensar y de actuar entre generaciones. La cuestión es que antes la educación se daba en un ambiente cerrado, una ciudad, una cultura con poca influencia externa y además se usaban estilos autoritarios y restrictivos, así que el miedo hacía parte del trabajo por los padres y madres.
Ahora, hijos e hijas desde muy pequeños(as) tienen acceso al mundo entero: personas, ideas, culturas, lenguajes, reivindicación de derechos, lo que les da parámetros de evaluación muy diferentes a los que se tenían anteriormente y posiciona las diferencias en las personas como un hecho natural.
¿Cómo puede ayudar FlexiCrianza en los aspectos prácticos del día a día?
Despertar la Flexi-mamá o el Flexi-papá que llevas dentro, no solo puede mejorar notablemente tu experiencia diaria, sino que puede cambiar radicalmente tu vida.
Al despojarte de las exigencias de perfección en tu función, poner los pies en la tierra, saber que eres una persona real, con altibajos, errores y aciertos, y dedicarte a encontrar mejores formas de relacionarte positivamente con tus hijos e hijas con base en la observación que hagas de sus talentos y sus necesidades de mejora, entendiendo al mismo tiempo que te saca de casillas y cómo combinas tu estilo personal con el de las personas que te acompañan en ese proceso educativo, te das cuenta de que a todo lo que sucede se le puede sacar provecho para avanzar, para mejorar habilidades y para afianzar la base de todo el proceso que es el vínculo de afecto, respeto y responsabilidad compartida. Para mí fue una liberación de presión y de estrés maternal que se tradujo en tranquilidad para disfrutar de mi hija e hijos.
A través de este método innovador, la experta Clara Ospina ya ha ayudado a una gran cantidad de padres y madres a sacar lo mejor de ellos mismos para poder desarrollar la crianza y el aprendizaje de sus hijos e hijas de la forma más sana y adecuada para toda la familia.