Las bacterias marinas de las frías aguas del Ártico canadiense son capaces de biodegradar el petróleo y el gasóleo, según un nuevo estudio publicado en ‘Applied and Environmental Microbiology’, una revista de la American Society for Microbiology.
La secuenciación genómica reveló un potencial inesperado para la biorremediación de hidrocarburos en linajes de bacterias como ‘Paraperlucidibaca’, ‘Cycloclasticus’ y ‘Zhongshania’, señala el coautor Casey Hubert, profesor asociado de Geomicrobiología de la Universidad de Calgary, quien señala que «pueden representar actores clave en la respuesta a los vertidos de petróleo marinos del Ártico».
«El estudio también confirmó que el suministro de nutrientes puede mejorar la biodegradación de los hidrocarburos en estas condiciones de baja temperatura –añade–. En estas aguas permanentemente frías está aumentando la actividad industrial relacionada con el transporte marítimo y las actividades del sector del petróleo y el gas en alta mar».
Sean Murphy, alumno del doctor Hubert y científico acuático de ERM Canadá, que creció en la región, impulsó el proyecto, había observado los beneficios que el petróleo en alta mar había aportado a la población de Terranova y Labrador, pero se había sentido profundamente preocupado por el vertido de petróleo de Deepwater Horizon, y había centrado su investigación de máster en el mar del Labrador para «ayudar a informar sobre futuras estrategias de mitigación de vertidos de petróleo… a bajas temperaturas en la región».
La costa del Labrador, donde se llevó a cabo el estudio, es importante para los pueblos indígenas que dependen del océano para alimentarse y, a diferencia de lo que ocurre en latitudes más bajas, ha habido una escasez de investigaciones sobre la biorremediación en esta zona tan septentrional, señaló el doctor Hubert.
«A medida que el cambio climático prolonga los periodos sin hielo y aumenta la actividad industrial en el Ártico, es importante comprender la forma en que el microbioma marino del Ártico responderá si se produce un vertido de petróleo o combustible», señala. Esto es especialmente importante, ya que «esta región sigue siendo tan vasta y remota que la respuesta de emergencia ante un derrame de petróleo sería complicada y lenta».
En el estudio, los investigadores simularon el remedio de un derrame de petróleo dentro de botellas, combinando lodo de los primeros centímetros del lecho marino con agua de mar artificial, y con diésel o petróleo crudo, junto con diferentes enmiendas nutritivas a distintas concentraciones.
Los experimentos se realizaron a 4°C, para aproximarse a la temperatura del Mar del Labrador, y se llevaron a cabo durante varias semanas. «Nuestras simulaciones demostraron que las bacterias que degradan el petróleo de forma natural en el océano son las primeras en responder a un vertido de petróleo», concluye.