El Dr. Fernando Ruger Viarengo es colegiado 280203628 del colegio de médicos de Madrid, licenciado en medicina, PhD en medicina funcional, experto en microbiota intestinal y experto universitario en nutrigenética farmacogenéticas y medicina genómica. Actualmente, también es director de la primera unidad europea de estudio, diagnóstico y modulación terapéutica de la macrobiótica intestinal UMEBIR.
¿Qué es la medicina de precisión funcional integrativa?
Es la medicina de siempre tradicional, la que ejercía el médico del pueblo que conocía al paciente, su familia, su entorno y contexto social. Para esto se deben desterrar las consultas de 15 minutos porque es humanamente imposible conocer a un paciente en ese tiempo, mucho menos entrevistarlo, reconocerlo, examinarlo, hacer una historia clínica en condiciones, escucharlo, entenderlo y detectar cuáles son sus problemas, los reales y los que el paciente se genera por desconocimiento, incapacidad o miedo.
Por ejemplo, una parada cardiorrespiratoria necesita legalmente de media hora de reanimación para diagnosticar la muerte. ¿Cómo se va a diagnosticar una enfermedad, algo bastante más complejo de diagnosticar que la muerte, en 15 o en algunos casos en 6 minutos, intervalo que pone la sanidad entre paciente y paciente? Esto es ilógico como sus resultados.
La relación médico-paciente y la comunicación permanente son herramientas importantísimas en este enfoque funcional integrativo de la medicina. Esto consiste en intentar siempre buscar la causa real del padecimiento y no tapar el síntoma con medicación, que sería soplar el humo en lugar de apagar el fuego en un incendio y en dejar de ver al paciente por especialidades como un compartimento estanco, el paciente es uno solo y así debe ser visto entendido e interpretado, y cuando se necesita de un cirujano o de un traumatólogo se le deriva, pero solo como un recurso y no como una costumbre.
¿Y la nutrigenética?
Es la forma en la que los genes se relacionan con los nutrientes que consume el cuerpo humano. No todos los pacientes metabolizan de la misma forma los nutrientes, y por ello, se asimilan y metabolizan y aprovechan los macronutrientes y micronutrientes en cada paciente de manera sustancialmente distinta.
Por ejemplo, una pareja que conviviendo juntos y que come lo mismo, tienen el mismo nivel de actividad física y uno es obeso y otro no. Esto tiene respuesta en la nutrigenética, en un centro médico donde se acceda a realizar este tipo de estudios como es CLÍNICA UMEBIR y en un médico formado que sepa interpretarlos y realizar las intervenciones médicas necesarias para su resolución.
¿En qué se basa la farmacogenética?
Al igual que los nutrientes, los fármacos tampoco impactan de la misma forma en todos los organismos. Siempre que en mi universidad salía de clase en la cátedra de farmacología, al salir había un cartel y, después de 36 meses estudiando la farmacología, decía: ”solo Dios sabe los efectos que se ponen en marcha ante el consumo de una simple aspirina”. Esto a día de hoy no todos, pero la mayoría de esos efectos se pueden predecir y, si son nocivos, intentar evitarlos con estudios farmacogenéticos que dicen qué tipo de polimorfismos tiene el paciente en sus genes (variantes dentro de su código genético) y, según esto, se puede predecir con mayor precisión el comportamiento de un fármaco en dicho paciente y sus interacciones, pudiendo realizar los cambios o sustituciones más adecuados.
Aunque el riesgo cero no existe, cada día las formas de prescripción son más personalizadas y de precisión, gracias a la genética y al proyecto genoma humano con su aplicación a la medicina a través de programas informáticos de inteligencia artificial. Estas deberían estar en todas las consultas médicas y en CLÍNICA UMEBIR tenemos desde el inicio de nuestra actividad asistencial.
¿Qué influencia tiene la microbiota en la salud?
Enorme. Aunque desgraciadamente no se conocen todos sus secretos, día a día se descubre qué influye en el equilibrio de la salud y la enfermedad de forma sustancial.
Con lo poco que se conoce, es decir, en mi opinión a penas el 20% de lo que es posible conocer en los próximos 50 años, ya podemos ayudar mucho a los pacientes desde un enfoque de precisión, basándose en su microbiota, modularla terapéuticamente e influir, por ejemplo, en su salud mental, en su forma de percepción del dolor, en su nivel de inflamación, en la obesidad o en la forma en la que un paciente superará una patología con componente inflamatorio como es la pandemia que vivimos a día de hoy.
Se espera avanzar mucho más en poco tiempo para poder ayudar más y mejor a los pacientes. Mientras tanto, nos toca seguir investigando y estudiando a diario.
¿Cómo se estudia la microbiota intestinal?
Los mejores exámenes a día de hoy son los que siguen un método de secuenciación masiva del ADN y ARN de la muestra por el método de NGS. Estos son exámenes que se realizan en muy pocos laboratorios, incluso nosotros por confianza y experiencia los enviamos fuera de España a día de hoy. No solo se debe disponer de secuenciador, sino también de un equipo de inteligencia artificial para que interprete el material secuenciado. De nada sirve detectar microorganismos que aún no se conoce cómo actúan ni qué hacen en nuestro organismo, es decir, que no se conoce a día de hoy su metabolomica. Incluir este tipo de microorganismos no son más que técnicas de marketing que a título diagnóstico y terapéutico no sirven al paciente para nada. En cambio, sí nos sirve para investigación, pero para el paciente debemos darle un resultado válido a nivel patogénico y clínico resolutivo. Por esta razón, en estos casos no siempre más es mejor, se necesita saber qué hacer con esos nombres y esa información y eso lo hace un ordenador y el conocimiento funcional de los microorganismos. Después, se necesitan médicos formados que sepan interpretar estos resultados y poner soluciones adecuadas por medio de intervenciones médicas, dietéticas y farmacológicas de precisión
¿Cómo se tratan sus desequilibrios?
Básicamente, lo primero es diagnosticar y lo hacemos los médicos (ni los nutricionistas, ni los terapeutas, ni los PNI, ni los naturópatas). Este es un punto fundamental, ya que, se ven muchos pacientes con secuelas irreversibles por haber perdido el tiempo y la posibilidad de llegar a un diagnóstico adecuado y precoz.
Los nutricionistas tienen una función muy valorada para aquellos médicos que no tienen formación en nutrición y es la de confeccionar una dieta adecuada, ya sea para condiciones de normalidad o de enfermedad, y educar el cambio de hábitos. Desde este punto, se puede actuar como reales agentes sanitarios en la prevención, pero nunca diagnosticar, prescribir o medicar, ni con fármacos ni con suplementos tampoco, ya que, los suplementos tienen interacciones y, en ocasiones, efectos adversos severos.
Del resto de oficios nombrados, simplemente, es sabido que es intrusismo y que el que se perjudica es al paciente, ya que, a los médicos y nuestras consultas privadas no nos perjudica. De hecho, las consultas médicas crecen a diario debido a sus fallos, pero lamentablemente a veces, a expensas de secuelas irreversibles para el paciente.
Creo que he finalmente realizado más hincapié de lo que no hay que hacer que lo que hay que hacer para curarse, respondiendo a tu pregunta, pero es claro que lo adecuado lo dirá un médico formado en el área, para este tipo de abordaje.
¿Por qué no se estudia en los servicios públicos?
Para empezar, no disponen de estos tipos de exámenes lamentablemente y a veces la cartera de servicios protocoliza estudios como, por ejemplo, la citometría de flujo para valorar los linfocitos intraepiteliales en el diagnóstico de enfermedad celiaca. Este fue protocolizado por el ministerio en 2018 y, aun así, el citómetro de flujo no lo tienen todos los servicios de digestivo del país, esto es solo un ejemplo de muchos. En segundo lugar, en 6 minutos de consulta es complejo que un compañero pueda hacer el mismo trabajo que el que hacemos en una consulta de una hora y media. Es inhumano atender a 40 pacientes en una mañana. No se puede ni desde la ciencia, ni desde la ética, ni desde lo humanamente posible.
Este tipo de exámenes supongo que tienen un coste alto
Sí, lamentablemente a día de hoy todo esto se realiza en la sanidad privada y los costos aún son altos, pero esperamos que los precios vayan bajando con la popularización de estos exámenes. Ojalá la sanidad pública algún día lo incorpore y forme a los compañeros para su interpretación y manejo terapéutico para que todas las personas puedan acceder a estos tratamientos.