Un estudio de la Universidad de California (Estados Unidos) demuestra que las etiquetas de advertencia gráfica de las cajetillas de tabaco son recordatorios eficaces de las consecuencias negativas para la salud del tabaquismo y hacen aumentar la preocupación por la salud entre los propios fumadores.
«Las etiquetas de advertencia gráfica se utilizan en más de 120 países para contrarrestar el marketing que promueve el consumo de cigarrillos. Queríamos saber qué efecto tendrían estos envases de cigarrillos en los fumadores de Estados Unidos», afirma el profesor de la Escuela Herbert Wertheim de Salud Pública y Ciencias de la Longevidad Humana de la Universidad de California en San Diego, David Strong.
«Las etiquetas gráficas de advertencia hicieron que los fumadores diarios de Estados Unidos percibieran los cigarrillos como algo menos positivo y aumentaron su preocupación por los efectos del tabaquismo sobre su salud y la de sus seres queridos», ha afirmado el autor correspondiente, John P. Pierce, profesor de la Escuela de Salud Pública Herbert Wertheim de la Universidad de California.
Las etiquetas de advertencia gráfica fueron obligadas por el Congreso de Estados Unidos en 2009, pero su aplicación se ha detenido a la espera del resultado de las impugnaciones legales a la ley por parte de la industria tabacalera. Por ello, en el estudio se fabricaron cajetillas de cigarrillos especiales que incorporaban las etiquetas gráficas de advertencia que se utilizan en los paquetes de cigarrillos en Australia (bajo licencia del gobierno australiano), incluyendo imágenes de gangrena en el pie, un recién nacido con un tubo de respiración y cáncer de garganta.
Los participantes en el estudio fueron 357 fumadores residentes en San Diego que aceptaron comprar su marca preferida de cigarrillos en un sitio web del estudio. Los participantes fueron asignados al azar para recibir sus cigarrillos en uno de los tres diseños de cajetillas: en un paquete con una etiqueta de advertencia gráfica, con una cajetilla en blanco o en una cajetilla estándar disponible en los Estados Unidos.
Durante el estudio, se interrogó a los participantes mediante mensajes de texto interactivos sobre sus preocupaciones acerca de los riesgos para la salud y sobre su percepción de los últimos cigarrillos que habían fumado. Se evaluaron los cambios en el consumo y el estado del tabaquismo al final de la intervención de tres meses.
Los participantes que recibieron cigarrillos en la cajetilla estándar o en la cajetilla vacía no experimentaron ningún cambio en su percepción positiva de sus cigarrillos, mientras que los fumadores asignados al azar al brazo de la etiqueta de advertencia gráfica percibían sus cigarrillos de forma menos favorable. La preocupación por la salud aumentó en los tres grupos, probablemente debido a que la intervención les hizo pensar en las consecuencias para la salud con más frecuencia, dijeron los autores del estudio.
LAS IMÁGENES NO SON SUFICIENTE PARA ABANDONAR EL HÁBITO TABÁQUICO
Sin embargo, las imágenes no son suficiente para abandonar el hábito tabáquico. «Aunque estas etiquetas hacen que los fumadores sean más propensos a pensar en dejar de fumar, no les hizo más propensos a hacer un intento serio de dejar de fumar, ni fue suficiente para ayudarles a abandonar su adicción a la nicotina», informa la autora principal, Karen Messer, profesora de bioestadística en la Escuela de Salud Pública Herbert Wertheim. «Por lo tanto, las etiquetas de advertencia gráfica son un componente integral de las estrategias de control del tabaco, pero son solo una herramienta para que los gobiernos reduzcan los costes sociales de las muertes y enfermedades causadas por el tabaquismo», concluye.