Dentro del FC Barcelona las cosas parecen ir en una completa montaña rusa. Cuando todo luce terrible surgen noticias que levantan la esperanza del barcelonismo en pleno; pero casi inmediatamente llegan otras que bajan la moral de forma abrumadora y dejan al club en un estado mucho peor del que estaba antes de la noticia. No hay más que ver lo que sucedió con la llegada del impulso económico que daría la CVC, con el que el club azulgrana no parece estar tan de acuerdo, esto al estar más apegado al discurso de la Superliga Europea de Florentino Pérez; aunque todo empeoró, pues tras no aceptar esa ayuda llegó la noticia del adiós definitivo de Lionel Messi. Lo dicho, la historia del Barça se complica y nada parece sacarlo de esa vorágine de decepciones que parecen presagiar una temporada difícil.
La grave crisis económica del club, que se produce tras los años de la nefasta gestión que protagonizó Josep Maria Bartomeu, ha dejado al Barcelona en un estado insostenible y con una deuda terrible de la que ahora se está haciendo cargo un Joan Laporta que deberá pagar los platos rotos de lo malo que se ha venido haciendo desde hace tiempo. Sin poder asistir de gran forma al mercado de fichajes, con un problema para estructurar la plantilla, sin poder generar los ingresos de antes y todo con el caso Messi de fondo hacen que esta sea, con total seguridad, la etapa reciente más oscura de la entidad catalana. Los problemas no paran de aparecer para un Barça que realmente está muy tocado y en el que la niebla no lo deja ver un futuro más prometedor.
3Salidas que se atascan en este Barcelona
Otro gran problema para el Barcelona es que los jugadores con los que Ronald Koeman no cuenta en lo más mínimo se niegan a irse. Los contratos suculentos que tienen en el conjunto blaugrana, la falta de oferta de otros clubes y la imposibilidad de que estos les paguen lo que ganan en Cataluña hace muy difícil que futbolistas como Umtiti, Pjanic, Griezmann o Coutinho quieran abandonar el club. Claro que otros como Junior Firpo, Trincao, Todibo o Aleñá aceptaron marcharse, pues entendieron que con el neerlandés no tendrían minutos; sin embargo, no parece ser el tiempo de juego si no el dinero lo que hace que varios no quieren irse.
Alno poder quitarse de encima las fichas tan altas que reciben ese tipo de jugadores que casi ni juegan, Umtiti es el ejemplo más claro; y que tampoco se genera ingresos por sus ventas, no se puede bajar la masa salarial ni se recolecta dinero para hacer nuevos fichajes o rebajar la deuda. El club está atado con estos futbolistas que no quieren dar su brazo a torcer ni ayudar al equipo; eso sin contar con que deportivamente no colaborarán en nada ni permiten liberar espacio para que lleguen los refuerzos necesarios.