Meghan Markle ha cumplido 40 años afincada en su casa de Montecito (California) junto a su marido, el príncipe Harry y sus dos hijos, Archie y Lilibet Diana y, sobre todo, a muchos kilómetros de Buckingham, comenzando así una nueva era en su historia.La estrella de Hollywood que renunció a la realeza comienza la década de los 40 teniendo aun presente la pesadilla que supuso el tiempo ( casi dos años) que formó parte de la Familia Real Británica.
Fiel a sus principios, Meghan, a la que se le otorgó el título de duquesa de Sussex adoptó la decisión de renunciar a su status de realeza para iniciar una nueva vida en Estados Unidos donde su familia no tuviera el yugo de la monarquía y pudiera ser libre, pero sobre todo donde se repitiera la historia de Diana de Gales.
Con la opinión muy divida por la decisión que tomó junto a su marido de renunciar a ser parte de la Familia Real británica, Meghan no se arrepiente de haber dado este paso que revolucionó los cimientos de su familia política. La frescura con la que llegó la actriz a la monarquía británica de repente se convirtió en un azote para ellos. Era demasiado estadounidense y se notaba y lo que comenzó siendo su mayor atractivo se convirtió en el peor enemigo del rictus británico.
Segura, radiante y con estilo propio, Meghan ha sabido labrarse su propio camino renunciando a todo aquello que no consideraba beneficioso para ella y su familia. Ha contado con el apoyo del príncipe Harry en sus propósitos y juntos han conseguido ser una familia de cuento sin castillo, pero con título.