Un estudio de la Universitat Rovira i Virgili (URV) de Tarragona publicado en la revista científica ‘PNAS’ muestra cómo los microplásticos deforman y alteran el funcionamiento de las membranas celulares.
En un comunicado este martes, han explicado que los microplásticos están hechos, sobre todo, de polipropileno, polietileno, poliestireno, poliamida y acrílicos; tienen un tamaño que va de 0,1 micras a 5 milímetros, y están presenten en todos los sitios: desde los océanos hasta el aire, pasando por la nieve del Himalaya o las placentas humanas.
Los estudios indican que su consumo no conduce a la muerte o a una intoxicación inmediata, pero hay cada vez más evidencia de sus efectos en las células a escala molecular, difíciles de identificar de forma experimental.
Sin embargo, el físico e investigador del Departamento de Química Física e Inorgánica de la URV Vladimir Baulin, en colaboración con Jean-Baptiste Fleury, de la Universidad de Saarland en Saarbrücken (Alemania), ha descubierto en un estudio reciente que los microplásticos pueden desestabilizar mecánicamente las membranas lipídicas de las células al adherirse a ellas y estrecharlas.
UN MODELO TEÓRICO
La investigación se ha basado en un modelo teórico desarrollado por Baulin, que describe cómo actúan exactamente los microplásticos en las membranas celulares.
Cuando lo pusieron a prueba con glóbulos rojos humanos, el modelo predijo que cada partícula consumiría parte del área de la membrana, provocando una contracción alrededor de las partículas de plástico: «Ha sido un resultado inesperado teniendo en cuenta que es un modelo muy simple», ha dicho Baulin.
De este modo, los investigadores observaron que los microplásticos estiran las membranas de los glóbulos rojos humanos, reduciendo en gran medida su estabilidad mecánica, lo que puede afectar a su correcto funcionamiento y alterar, por ejemplo, su capacidad para transportar oxígeno.
Fleury ha dicho que la posibilidad de estresar una membrana celular por un efecto puramente físico es completamente ignorada por la gran mayoría de estudios, puesto que la membrana celular es considerada líquida, y cualquier efecto mecánico sobre un líquido desaparece con el tiempo.
«Sorprendentemente, sin embargo, observamos que las membranas de las células artificiales y los glóbulos rojos se estiran en presencia de microplásticos», ha concluido.