La etapa de ascenso del módulo lunar (LM) ‘Eagle’, con el que los astronautas del Apolo 11 llegaron por primera vez a la Luna, podría seguir orbitando inerte nuestro satélite en la actualidad.
Es la conclusión que el investigador de Caltech James Meador ha obtenido de las smiulaciones de trayectoría realizadas para esta parte integrante de la misión Apolo 11, con la que Neil Armstrong y Buzz Aldrin volvieron de la superficie lunar hasta el módulo de servicio orbital Columbia, con el que regresaron a la Tierra en julio de 1969.
Una vez que abordaron el módulo de comando, la etapa de ascenso fue desechada y durante mucho tiempo se creyó que se había estrellado contra la superficie de la luna. Según la NASA, se supone que el módulo lunar se estrelló contra la superficie de la luna entre uno y cuatro meses después de que finalizara la misión.
Meaor realizó simulaciones de la órbita predicha de la etapa de ascenso del LM (Lunar Module) de la Apolo 11 utilizando la Herramienta de análisis de misión general (GMAT), que fue desarrollada por la NASA como parte de la nave espacial GRAIL, y descubrió que aún puede orbitar la luna en aproximadamente 100 kilómetros, la misma distancia a la que se dejó.
Las simulaciones de Meador muestran que la altitud periluna del ‘Eagle’ en los períodos de tiempo 1969-1970 y 2019-2020 fue aproximadamente la misma.
«Aunque es posible que se produzcan resultados catastróficos, existe la posibilidad de que esta máquina haya alcanzado un estado inerte, lo que le permite permanecer en órbita hasta el día de hoy. Si es así, debería ser detectable por radar, de manera similar a la forma en que el orbitador Indian Moon Chandrayaan-1 fue reubicado en 2016», explica el imvestigador en su artículo, publicado en arXiv.
«Un análisis aproximado indica que Eagle estaría a más de 125 kilómetros sobre la superficie en aproximadamente el 25 [por ciento] de los cruces de extremidades. Si se supone que el radar es capaz de detectar objetos a esta altitud, entonces cuatro períodos de observación de 2 horas elegidos con criterio deberían proporcionar una cobertura suficiente para posiblemente reubicar uno de los artefactos más importantes en la historia de la exploración espacial».