Croquetas: cómo congelarlas para que te duren perfectas varios meses

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A la hora de cocinar nada mejor que ahorrar tiempos en la cocina. Son muchos los platos tradicionales que deben comerse frescos, pero a su vez hay unos muy tradicionales y que resuelven un menú en pocos minutos que se pueden congelar y disfrutar por meses. Las croquetas son unas de estas preparaciones y tenerlas en el refri es una solución maravillosa al momento de un apuro.

Las croquetas forman parte de esos ricos manjares que son buenos a cualquier hora, pueden servir como un acompañante de unos tragos entre amigos y también para servirlas como plato principal en una comida. Esto sin hablar de su versatilidad, la cual hace posible aprovechar algunas sobras para hacer una verdadera exquisitez en tan solo minutos.

Tener croquetas en el congelador es una bendición al momento de tener que hacer una comida en corto tiempo, y si las congelas de la manera correcta, tendrás croquetas a tu disposición durante varios meses

Así que si tienes unos sobrantes de guisos, jamones o vegetales, pon manos a la obra y transfórmalos en unas crujientes croquetas que te van a salvar la vida cuando más las necesites.

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Cómo se deben freír las croquetas: ¿congeladas o descongeladas?

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Si bien la forma de guardar las croquetas en el congelador es una parte del éxito, el momento de cocinarlas termina siendo el último reto. Seguramente te preguntarás si debes descongelarlas antes de freír; y no, no es necesario tenerlas descongeladas para freírlas. Aunque si lo deseas, puedes dejarlas en la nevera para que se descongelen; eso sí, corres el riesgo de que pierdan su forma.

Una de las ventajas de tener las croquetas completamente rebozadas en el congelador es precisamente que no hace falta descongelarlas para freírlas. Sin embargo, es necesario poner en práctica algunos consejos que voy a darte para que queden perfectas.

Mientras que para freír las croquetas recién hechas es necesario tener el aceite a 180°C, cuando hablamos de cocinarlas estando congeladas, el aceite debe estar a 200°C. La razón es muy sencilla, cuando la croqueta congelada toca el aceite, el choque de temperaturas hará que este se enfríe. Por ello es mejor que de entrada el aceite esté bien caliente y se coloquen las croquetas a freír en pequeñas cantidades.

Coloca las croquetas y gíralas rápidamente para que quede sellado el rebozado. Añade pocas cantidades a freír y retíralas solo cuando observes que la bechamel amenaza con salir por alguna parte. Esta será la señal de que están listas por dentro.

Si al probar una croqueta te das cuenta de que en su interior está aún cruda, pásala por el microondas por apenas 30 segundos, así se calentará por dentro sin sacrificar el crujiente exterior.

Conoce el truco perfecto para freírlas sin el riesgo de romperse con estas seis claves.

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