A la hora de cocinar nada mejor que ahorrar tiempos en la cocina. Son muchos los platos tradicionales que deben comerse frescos, pero a su vez hay unos muy tradicionales y que resuelven un menú en pocos minutos que se pueden congelar y disfrutar por meses. Las croquetas son unas de estas preparaciones y tenerlas en el refri es una solución maravillosa al momento de un apuro.
Las croquetas forman parte de esos ricos manjares que son buenos a cualquier hora, pueden servir como un acompañante de unos tragos entre amigos y también para servirlas como plato principal en una comida. Esto sin hablar de su versatilidad, la cual hace posible aprovechar algunas sobras para hacer una verdadera exquisitez en tan solo minutos.
Tener croquetas en el congelador es una bendición al momento de tener que hacer una comida en corto tiempo, y si las congelas de la manera correcta, tendrás croquetas a tu disposición durante varios meses.
Así que si tienes unos sobrantes de guisos, jamones o vegetales, pon manos a la obra y transfórmalos en unas crujientes croquetas que te van a salvar la vida cuando más las necesites.
3Dale forma a las croquetas antes de congelarlas
Si de congelar croquetas se trata, tal como te vengo diciendo, siempre debes hacerlo en crudo, pero rebozadas. La razón de guardarlas rebozadas, es que ahorrarás un montón de tiempo cuando decidas cocinarlas; así mismo, garantizarás que queden muy bien al momento de freírlas, disminuyendo incluso el riesgo de que se rompan.
Para ello, dale forma a las croquetas tal como si las quisieras freír. Apenas las vayas realizando ve colocándolas sobre una bandeja que quepa en el congelador y que hayas forrado en papel film para evitar que se peguen.
La mejor zona para colocar las croquetas inicialmente es en la parte más fría del congelador. Coloca la bandeja allí dejando suficiente espacio entre las croquetas hasta que estas se congelen perfectamente, esto demorará unas dos horas, sin embargo te recomiendo esperar al menos tres horas para garantizar que estén bien duras.