El ministro de Universidades, Manuel Castells, también se ha mostrado a favor de acabar con la memorística en la educación, al igual que su excolega Isabel Celaá, recientemente sustituida por Pilar Alegría al frente del Ministerio de Educación y FP.
«Por mi experiencia de décadas de enseñante, yo creo que el componente memorístico de la educación tiene cada vez menos sentido, entre otras cosas porque la información está toda en Internet», opina el ministro en una entrevista.
En este punto, asegura que «lo importante no es acumular información» ni «repetir como papagayos», ya que «la información es obsoleta al cabo de muy poco tiempo», sino «desarrollar la capacidad autónoma del estudiante de procesar información, innovar y aplicarla a aquellas tareas que quiere desarrollar por sí mismo», algo que «ni se discute en la inmensa mayoría de universidades de referencia del mundo». Y considera que los profesores, tanto de Secundaria como universitarios, han de convertirse en «guías intelectuales del procesamiento de información».
Con respecto a cuáles son las causas de que cada vez haya más aprobados en la EBAU (cada año ha ido subiendo el porcentaje de aptos hasta situarse este año por encima del 96%), Castells es cauto en su respuesta porque dice no haber visto estudios al respecto. «Yo prefiero pensar que es porque los alumnos están mejor preparados», contesta.
En cualquier caso, que haya cada vez más aprobados en estas pruebas es una buena noticia para el ministro, pues para él significa que «habrá cada vez más graduados universitarios». «Un graduado universitario tiene tres veces más probabilidad de encontrar empleo que uno que no lo tiene y dos veces más que uno que tiene Formación Profesional», justifica Castells, que insiste en que es «falso» que la Universidad sea actualmente una «fábrica de parados». «Prepararse para el mercado de trabajo quiere decir cada vez más tener un diploma universitario», agrega.
Para el ministro, la clave está en permitir que «todos» los que aprueban Selectividad puedan acceder a la Universidad, «independientemente de sus capacidades económicas». Sobre esta premisa trabaja el Ministerio, afirma el ministro, que recuerda que el Gobierno ha aumentado el número de becas en los últimos tres años y que bajará las tasas universitarias, ya que España tiene «los precios públicos más altos de Europa».
Sobre esto último, Castells opina que se puede llegar a la total gratuidad de los estudios universitarios, pero emplaza la responsabilidad a las administraciones autonómicas. «Que las comunidades autónomas empiecen a utilizar los presupuestos que tienen; Si hay que financiar la Universidad y no la financian los fondos públicos, lo financian las familias», advierte.
BAJADA DE PRECIOS EN LAS UNIVERSIDADES PRIVADAS
Con el ánimo de posibilitar el acceso igualitario a los estudios universitarios, el ministro se congratula de haber conseguido que todas las comunidades autónomas (a excepción de la Comunidad de Madrid) apoyasen la propuesta del Ministerio de igualar los precios de los másters habilitantes (aquellos obligatorios para ejercer de psicólogo, abogado o profesor, por ejemplo) al de los grados a partir del curso 2022-2023.
«La presidenta Ayuso declaró que iba, como gran concesión, a bajar los precios de los grados y los másters en 2022-2023, exactamente en la misma proporción que por Ley tiene que hacer, porque le obligamos nosotros», ha precisado el ministro sobre las intenciones del Ejecutivo madrileño.
Aunque esta medida sólo sería de aplicación a las universidades públicas –ya que el Gobierno no puede «meter mano» en las privadas–, el ministro cree que provocaría un descenso en los precios de estas últimas. «Si no, se quedarán sin estudiantes», vaticina.
El objetivo del departamento que dirige Castells es la gratuidad de la Universidad. «Si puede haber una sanidad gratuita pública, ¿por qué no puede haber una enseñanza pública (gratuita)? Si la enseñanza obligatoria es gratuita, y abierta todo el mundo, el que la universitaria no lo sea es la vieja idea de que la universitaria no hace tanta falta», lamenta.
La idea de que todo el mundo pueda acceder a la Universidad «no necesariamente» está reñida con el impulso que quiere dar el Gobierno, a través del Ministerio de Educación y FP, a la Formación Profesional, según el ministro. «No quiere decir que todo el mundo tenga que ir a la universidad, si no es su proyecto profesional… Ahora bien, todo el mundo debe poder tener derecho a ir a la universidad si eso es lo que le corresponde», matiza.
ESTUDIANTES TRABAJADORES
Preguntado sobre las dificultades que tienen las personas trabajadoras a la hora de poder cursar estudios universitarios, Castells reivindica el papel de la UNED, que «tiene más estudiantes en enseñanza online que varias de las mayores universidades privadas online en España», alegando además que no han sido las universidades privadas las que han «creado» la enseñanza online.
Según ha dicho, «muchas universidades privadas enseñan online para América Latina». «Lo que es más frecuente son las escuelas de negocio online, cursos específicos de formación para profesiones que te dan un diploma y te crees que puedes tener un trabajo; ahí hay un área gris», ha comentado.
De todos modos, aunque Castells siempre ha reivindicado la presencialidad de la universidad, es partidario de que las universidades públicas refuercen su docencia online. «Todo lo que sea aumentar la capacidad de la universidad y de las buenas universidades públicas, de desarrollar enseñanzas, que además de sus enseñanzas normales, sean online, con distintos programas, yo creo que es positivo», considera el ministro, que afirma que ya «hay toda una tendencia en este sentido que se va a reforzar».
No obstante, preguntado sobre la regulación de la dispensa académica (instrumento que los estudiantes pueden solicitar para no asistir a clase o presentarse a un examen por causas justificadas, como el estar trabajando), Castells es tajante: «Si una persona no puede asistir a clase de manera sistemática, no puede estudiar. Todo el mundo puede formarse, pero no puede formarse sin formarse».