Agentes de la Guardia Civil de Alicante han detenido a los presuntos autores del robo de 1.600 kilogramos de cobre, procedente del cableado de abastecimiento de una red de telecomunicaciones, que operaban en diversas partidas rurales de la provincia desde hace varios meses. A los detenidos se les imputan 18 delitos contra el patrimonio.
La Guardia Civil de Sant Vicent del Raspeig detectó un incremento en los delitos de robo de cableado de las instalaciones de suministro de telefonía en las partidas rurales de los alrededores de esa localidad, que se venía produciendo desde finales del pasado mes de febrero, según ha informado la Benemérita en un comunicado.
La instalación de esta red de abastecimiento está diseñada de forma que al producirse una rotura, el propio sistema envía una señal a la central. Conocedores de este extremo, los autores actuaban aprovechando la nocturnidad, para evitar ser descubiertos.
Una vez que presuntamente habían cortado el tramo seleccionado, antes de que a la compañía le diera tiempo a avisar a una patrulla que se desplazara hasta el lugar, lo preparaban en trozos de aproximadamente un metro de longitud, y los ocultaban bajo el matorral. Al operar en zonas rurales aisladas, poco iluminadas y de noche, tenían más fácil ocultarse ellos mismos en caso de que llegara la Guardia Civil.
Al parecer, días después, con una furgoneta de grandes dimensiones, seguían el recorrido que habían hecho cortando el cable, lo cargaban, y lo vendían en dos establecimientos de compra y venta al peso de metales usados en la localidad de Alicante.
Al ir cortando tramos de cable en diferentes puntos y elegir sitios de muy difícil acceso, dificultaban la localización, tanto del material sustraído como de sí mismos, y provocaban a la empresa mayor perjuicio, que a veces tardaba varios días en poder restablecer el servicio, haciendo imposible con ello servicios tan esenciales como la comunicación con los diferentes servicios de emergencia, el funcionamiento de la teleasistencia de personas impedidas, sistemas de alarmas soportado y servicios bancarios, entre otros.
Según ha explicado la Guardia Civil, la situación estaba afectando seriamente a los habitantes de esas zonas rurales, apartadas de los principales núcleos de población, y creaba una sensación de inseguridad entre los vecinos.
Tras la labor del Área de Investigación de la Guardia Civil de Sant Vicent del Raspeig, el pasado 24 de julio los agentes lograron sorprender a los autores mientras intentaban cargar el cableado que habían cortado dos días antes: más de 500 metros dividido en 380 trozos. Los guardias civiles arrestaron a un hombre, mientras que otra persona, una mujer, huyó campo a través.
Dos días más tarde, el pasado 26 de julio, fue localizada y detenida también. Se les imputan los delitos de robo con fuerza de más de 1.600 kilogramos de cobre, cometidos en un periodo de cuatro meses. Ambos poseen numerosos antecedentes por hechos similares.
Han sido intervenidos 500 metros de cableado, la furgoneta con la que cometían los delitos y diversa documentación que corrobora la actividad criminal. La empresa denunciante ha manifestado que el valor del material sustraído sumado a los daños ocasionados, tanto a la compañía suministradora como a los clientes, asciende a 150.000 euros.
Con la explotación de la que ha sido denominada Operación Alcotela, la Guardia Civil ha esclarecido 18 delitos: ocho de robo de cable de cobre, ocho de daños a las instalaciones de las telecomunicaciones, y dos de receptación del material sustraído, estos dos últimos, cometidos por los responsables de las empresas que adquirían el cobre procedente del cable.
En total, han sido detenidas cuatro personas, tres hombres de entre 37 y 68 años, y una mujer de 43. Todos ellos españoles. Han sido puestos a disposición de la Autoridad Judicial que ha decretado para ellos libertad con medidas cautelares. La Guardia Civil no descarta la futura investigación de otros implicados en la trama.