La presidenta del Congreso, Meritxell Batet, ha reivindicado este viernes el papel de los parlamentos nacionales de la reforma de la Unión Europea y lo ha hecho en Breslavia (Polonia), donde tiene lugar el VII Foro Parlamentario Hispano-Polaco.
«El papel de los parlamentos nacionales es fundamental como garantes de los intereses de cada Estado, pero sobre todo como garantes de la expresión del pluralismo interno de cada uno de nuestros países y como lugar de reflexión y discusión abierta y democrática», ha defendido.
Durante su intervención en la mesa de trabajo sobre ‘La Conferencia sobre el futuro de Europa y el papel de los parlamentos nacionales’, Batet ha elogiado la respuesta de la UE ante la crisis del Covid-19, la gestión de las vacunas y la creación de los fondos, así como la del Banco Central Europeo, subrayando que ambos ha dado a los Estados el margen de intervención pública que requerían las circunstancias.
Así, la tercera autoridad del Estado ha apostado por continuar en el futuro con la cooperación que ha primado en la UE en la pandemia para lograr una Unión «más ambiciosa» y que funcione mejor.
Por eso ha llamado a una «participación activa de todos» en la Conferencia sobre el Futuro de Europa. «De todos los países, pero también incorporando el pluralismo propio de cada una de nuestras sociedades. En ese proceso, a los parlamentos nacionales nos corresponde asumir, con decisión y con impulso, la responsabilidad de asegurar la voz de todos los ciudadanos», ha enfatizado.
En este contexto, ha resaltado que «el Parlamento es el lugar para hacer presentes todos los intereses, de modo adecuado a su representatividad democrática, y trabajar para integrarlos y dotarlos de la máxima legitimidad y del adecuado peso político en el proceso decisorio europeo. No hay otro espacio en el que pueda desarrollarse el debate con publicidad, pluralismo y peso decisorio», ha apostillado.
RELACIONES BILATERALES
Por otra parte, durante la inauguración de foro parlamentario hispano-polaco, Batet ha destacado que ambos países han compartido a lo largo de su historia contemporánea el objetivo de alcanzar la democracia y la integración en Europa y cómo esta última ha supuesto en ambos casos un «acicate» de modernización.
«Europa ha representado siempre para nuestros países un modelo de desarrollo democrático y de derechos ciudadanos íntimamente vinculado con nuestras propias reivindicaciones nacionales. La experiencia histórica de nuestros dos países muestra el éxito incontestable de esa opción, y lo hace especialmente en términos de cohesión e integración de nuestras sociedades y de protección de las libertades y el libre desarrollo de la personalidad de nuestra ciudadanía», ha dicho Batet.
Con esta experiencia, ya llamado a seguir profundizando en las relaciones bilaterales también desde la convicción y la puesta por «el avance conjunto en el marco de la Unión Europea y de sus principios centenarios pero vigentes de libertad, igualdad y fraternidad».