Estos Juegos Olímpicos de Tokio 2020 están dejando grandes gestas deportivas, pero una que protagonizó Simone Biles no tuvo nada que ver con la lucha por alguna medalla olímpica y si más bien por mandar un mensaje muy potente a toda la sociedad: la salud mental y el amor propio. La estadounidense se encargó de hacer visible los problemas de salud mental que sufren algunos deportistas de élite y que en ocasiones no dejan que se vean para complacer a otros o para satisfacer al público; sin embargo, la atleta renunció a los eventos que iba a disputar en la capital nipona para protegerse de los males que le estaba causando tanta presión. Muchos se levantaron a criticar y expresan su incomprensión al ver que unos atletas que tienen fama, dinero y tanto éxito no pueden sobrellevar el salir a competir; pero ella demostró que no todo es así.
Lo de Simone Biles ha servido como ejemplo para escenificar como los atletas pueden sufrir de las cuestiones y los problemas de cualquier persona; que por más dinero, fama y éxito que se tenga no impide que la presión, la ansiedad, hasta la depresión ataquen en cualquier momento. Casos como los de la norteamericana se han dado a lo largo de los últimos tiempos; pero la valentía que ella mostró al hacerlo en unos Juegos Olímpicos escenifica que estos problemas pueden suceder en cualquier momento y, a pesar de la importancia, dar un paso al costado y procurar primero su propio bienestar es lo más sensato. Como lo sucedo en Tokio, en otros escenarios y eventos se han producido actos similares; no obstante, aunque las críticas y la ignorancia han hecho presencia con comentarios indebidos, todos estos atletas se han retirado de eventos en beneficio de su propia salud.
3Osaka vive en una guerra constante
Una de las muestras más reciente de los problemas de presión que pueden vivir los deportistas, le ocurre a Naomi Osaka con mucha asiduidad. El problema de la tenista japonesa es que sufre de mucha ansiedad cada vez que se enfrenta a los medios de comunicación. Medirse a las rivales en la cancha y batallar con su raqueta es algo muy sencillo para ella, todo sus títulos y su gran talento así lo demuestran; pero su gran problema viene cuando tiene un micrófono y a los periodistas al frente. Hace poco la japonesa, tal como acaba de hacer Simone Biles, tuvo que retirarse de Roland Garros por la gran presión que suponía asistir a las ruedas de prensa.
Sus problemas no pararon allí, pues a pesar de tener el valor que ahora acaba de demostrar Simone Biles para hacer público su problema y preferir velar por su salud mental, también se privó de participar en Wimbledon para no llamar más la atención sobre sus problemas de ansiedad a la hora de pararse ante los medios. De hecho se temía que no participara en los Juegos Olímpicos, pero al ser en su país ha hecho un gran esfuerzo. Por ahora, tanto otros tenistas como la entidad profesional del tenis le han mandado mensajes de apoyo y le han dicho que la ayudarán todo lo que puedan para que poco a poco vaya superando estos problemas y logre sentirse bien del todo, tanto mental como físicamente a la hora de contestar las preguntas de los periodistas.