Estos Juegos Olímpicos de Tokio 2020 están dejando grandes gestas deportivas, pero una que protagonizó Simone Biles no tuvo nada que ver con la lucha por alguna medalla olímpica y si más bien por mandar un mensaje muy potente a toda la sociedad: la salud mental y el amor propio. La estadounidense se encargó de hacer visible los problemas de salud mental que sufren algunos deportistas de élite y que en ocasiones no dejan que se vean para complacer a otros o para satisfacer al público; sin embargo, la atleta renunció a los eventos que iba a disputar en la capital nipona para protegerse de los males que le estaba causando tanta presión. Muchos se levantaron a criticar y expresan su incomprensión al ver que unos atletas que tienen fama, dinero y tanto éxito no pueden sobrellevar el salir a competir; pero ella demostró que no todo es así.
Lo de Simone Biles ha servido como ejemplo para escenificar como los atletas pueden sufrir de las cuestiones y los problemas de cualquier persona; que por más dinero, fama y éxito que se tenga no impide que la presión, la ansiedad, hasta la depresión ataquen en cualquier momento. Casos como los de la norteamericana se han dado a lo largo de los últimos tiempos; pero la valentía que ella mostró al hacerlo en unos Juegos Olímpicos escenifica que estos problemas pueden suceder en cualquier momento y, a pesar de la importancia, dar un paso al costado y procurar primero su propio bienestar es lo más sensato. Como lo sucedo en Tokio, en otros escenarios y eventos se han producido actos similares; no obstante, aunque las críticas y la ignorancia han hecho presencia con comentarios indebidos, todos estos atletas se han retirado de eventos en beneficio de su propia salud.
2Phelps ayudó a visibilizar la depresión en el deporte
Entre las historias más conocidas del deporte mundial, por estar ligada a unos Juegos Olímpicos al igual que Simone Biles, la historia de Michael Phelps tiene mucho que ver los problemas de salud mental. El nadador y ganador de 28 medallas olímpicas admitió en su biografía que presentó un fuerte cuadro de depresión y que llegó a tener pensamientos suicidas tras su participación en Londres 2012. «Soy alguien que ha pasado por al menos tres o cuatro períodos de depresión fuerte después de los Juegos y llegué a poner mi vida en peligro», comentó.
Con Phelps no había punto medio, pues al ser el mejor nadador de la historia y uno de los mejores deportistas de todos los tiempos, la presión mediática y la que él mismo se impuso, para cumplir con las expectativas que tenían de él, alcanzaron niveles inimaginables. Verse siempre como favorito, que debía ser el mejor y obtener todas las medallas le causo un gran problema en su salud mental; algo similar es lo que le sucede ahora a Simone Biles. Con el tiempo y mucha ayuda, Phelps pudo volver a competir y a ganar; pero ahora en el retiro vive mucho más tranquilo de lo que lo hacía en años.