La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha asegurado que la hepatitis viral se va a poder eliminar como una amenaza para la salud pública de cara al año 2030 si los países que están más afectados «toman ya medidas».
A nivel mundial, una persona muere cada 30 segundos por una enfermedad relacionada con la hepatitis. Por ello, la campaña del Día Mundial contra la Hepatitis impulsada este año por la OMS con el lema ‘La hepatitis no puede esperar’, insta a los líderes y responsables políticos a acelerar la respuesta a la hepatitis, alentando a las personas a obtener consejos sobre la prevención, las pruebas y el tratamiento de la hepatitis.
«Los países europeos se han comprometido a eliminar la hepatitis viral como una amenaza pública para 2030. Esto es posible incluso si el Covid-19 puede habernos retrasado. Conocemos la ciencia y tenemos las herramientas; con un compromiso político renovado, objetivos claros y financiación, podemos prevenir cientos de miles de muertes innecesarias», ha dicho el director regional de la OMS para Europa, Hans Henri P. Kluge.
En este sentido, el organismo de Naciones Unidas ha informado de que para lograr acabar con la hepatitis viral en los próximos nueve años es necesario mejorar el acceso al diagnóstico y al tratamiento, ya que hay 14 millones de personas en Europa que viven con hepatitis B crónica y 12 millones con hepatitis C, y la mayoría desconoce su infección.
«Las infecciones crónicas por hepatitis a menudo son asintomáticas y conducen lentamente a una enfermedad hepática avanzada: cirrosis y cáncer de hígado. Cuando aparecen los síntomas de estas afecciones, a menudo es demasiado tarde. Las personas que viven con hepatitis no deberían tener que esperar para las pruebas y el tratamiento hasta que su enfermedad hepática crónica alcance una etapa avanzada. Los diagnósticos de hepatitis deben ser accesibles ahora, para que las personas puedan estar vinculadas a la atención de manera oportuna y recibir un tratamiento que les salve la vida», ha dicho la OMS.
Al mismo tiempo, ha subrayado la importancia de proporcionar la vacuna contra la hepatitis B a todos los niños y prevenir la transmisión de madre a hijo; poner fin al estigma y la discriminación porque crean barreras que impiden que las personas busquen pruebas y tratamiento; y se establezcan objetivos nacionales de eliminación de la hepatitis y financiar los servicios de hepatitis.
«Desde 2016, muchos países han adoptado planes nacionales de eliminación de la hepatitis y muchos también han dedicado fondos específicos para los servicios de la hepatitis, especialmente para el tratamiento. Sin embargo, todavía hay varios países rezagados principalmente debido a la falta de compromiso político. A menudo existe la percepción de que la implementación de programas de pruebas y tratamiento de la hepatitis es muy costosa, pero en realidad los costes pueden reducirse considerablemente reduciendo el precio de los medicamentos y simplificando la prestación de servicios para la hepatitis», ha asegurado la OMS.
A su juicio, la prevención de la hepatitis viral puede integrarse con otros programas de salud nacionales, incluida la inmunización infantil universal, la mejora de la seguridad de la sangre y la prevención y el control de infecciones en el entorno sanitario, y la reducción de daños para las personas que consumen drogas. «Las herramientas simples permiten realizar pruebas y tratar a personas con hepatitis crónica, previniendo así la cirrosis hepática y el cáncer, cuyo tratamiento cuesta mucho más, tanto en términos económicos como en términos de vidas humanas», ha zanjado la OMS.