Para estos Juegos Olímpicos de Tokio 2020, la delegación de España desplegó el talento suficiente para llevarse varias medallas; aunque David Valero sorprendió a propios y extraños al colgarse la presea de bronce en la prueba de ciclismo de montaña. El andaluz protagonizó una remontada que lo acabó impulsando al podio contra todo pronóstico y así obtuvo la segunda medalla española en la capital nipona. La verdad es que fue una carrera frenética en la que el ciclista pasó del puesto 22 a pelear por el tercer lugar en la última vuelta, luego de sortear la primera montonera en el momento justo.
Realmente parece increíble que David Valero se quedara con el bronce, por detrás de Flueckiger, plata, y Pidcock, oro. Cada vez parece más imposible que lo inesperado ocurra en el deporte; porque los favoritos últimamente van arrasando en las pruebas que se le cruzan al frente. Por eso impresiona que gestas como la del granadino se produzca; más en una delegación española que tenía ciertos favoritos y poco a poco se va demostrando que todos pueden dar la cara en estos Juegos Olímpicos. Gracias a eso, muchos recuerdan aquellas medallas olímpicas inesperadas en la historia del deporte español, que dejaron a todos con la boca abierta por lo impresionantes que fueron. Desde Barcelona 1992 la épica forma parte del gen español.
1Un oro en Hockey femenino inesperado en Barcelona 92
Si la historia de David Valero sorprende, lo que hicieron las 25 chicas comandas por José Manuel Brasa deslumbra aún más, pues se convirtieron en verdaderas pioneras del deporte femenino en España. Cuatro años antes de Barcelona 1992, el entrenador reunió a las jugadoras y les dijo: «Tenéis tres opciones: ‘Ir simplemente a pasarlo bien y disfrutar, ir a hacer un papel digno o bien ir a por todas'». Todas quedaron pasmadas ante el mensaje y decidieron que querían ir a por la medalla en los Juegos Olímpicos organizados en casa. Durante esos años, jugadoras como Mercedes Coghen, Eli Maragall o Mari Carmen Barea se sometieron a entrenamientos increíbles, como irse a Cuba a entrenar, pues tiene el mismo clima y humedad que Barcelona en verano, y dejaron muchas cosas de lado para concentrarse en ganar la medalla.
Pese a que solo asistían por invitación, al ser las anfitrionas, el equipo pasó por alto todo eso y lucho con valentía en cada uno de sus choques. Lograron superar a potencias como Australia o incluso Cora, que un año antes les había ganado por 10 goles, y también a Alemania en una de las finales más épicas que se recuerde del hockey sobre hierba. Todos los sacrificios, entrenamientos y cinco meses de concentración valieron la pena cuando se pudieron colgar el oro al cuello. Cierto que lo de David Valero es increíble; pero nadie podrá olvidar que en Barcelona 92 nació un equipo dorado que nadie se imaginaba.