Las cámaras profesionales que lanzan las compañías al mercado generalmente suelen gustar mucho. Pero algunas veces ocurre que pueden parecer mejores de lo que son a la hora de probarlas. Y esto es lo que ha pasado con la Sony A7C, con la presentación reciente, pero que probamos hace muy poco tiempo.
En principio las especificaciones son ideales: un cuerpo compacto y mucho más económica, junto a una pantalla articulada, enfoque muy rápido y una calidad de imagen realmente potente.
6Un precio muy alto a pagar
Lo cierto es que aquí hay que pararse a pensar en las necesidades de cada uno. Si estás buscando una cámara con unos gramos de peso menos, unas ópticas más pequeñas, tener un equipo compacto y completo y que la pantalla articulada sea importante para ti, si puede ser un buen equipo. Pero si estas características no están en tus prioridades entonces la respuesta sería que no merece la pena.
O por lo menos por el momento no lo es, ya que con un precio mucho mayor que la A7 III solo obtienes un pequeño cambio de tamaño a cambio de renunciar a algunos elementos que dotan a una cámara de buenas funcionalidades como la ranura para la doble tarjeta, visor más grande, el joystick trasero, etc.