Más de la mitad de los estudiantes en prácticas se quedan en las empresas donde realizan su beca, según datos sobre los programas de prácticas de Fundación Universidad-Empresa (FUE) –entidad de gestión de prácticas en España–, por donde han pasado más de 22.600 jóvenes desde 2017.
«El 52% de los titulados que han realizado las prácticas formativas en algunas de las compañías que confían en nosotros para la gestión del talento joven ha recibido una oferta laboral», explica Carmen Palomino, directora de Operaciones de Fundación Universidad-Empresa.
Por otra parte, en el transcurso de un año tras finalizar las prácticas formativas, un 85% de los jóvenes que han realizado prácticas a través de la Fundación Universidad-Empresa asegura contar con un contrato laboral acorde con su titulación universitaria.
«Las prácticas son un elemento indispensable para la empleabilidad de los jóvenes al aportarles las competencias transversales que el mercado requiere en cada momento, por eso le damos tanta importancia y lo complementamos con formación innovadora, diferencial y una tutorización y evaluación que fomentan la inserción laboral del talento joven. Por otra parte, estos programas formativos nos aseguran el tener un control sobre los aspectos legales que incluyen desde la duración hasta requisitos como la edad y experiencia previa», añade.
A su vez, la clave reside en contar con un plan formativo práctico de calidad. «Esto es lo que hace que un perfil acabe resultando diferencial y que, por lo tanto, capte la atención de las empresas», apunta Palomino.
Desde FUE recuerdan que el objetivo de las prácticas formativas es ampliar conocimientos y, por otro lado, mejorar la empleabilidad. «Cada día son más las empresas que creen en este tipo de formaciones, porque son conscientes de que se convierte en la mejor vía para formar a sus futuros profesionales y captar al mejor talento joven», reconoce.
LA IMPORTANCIA DE LAS COMPETENCIAS TRANSVERSALES
Para FUE, las competencias transversales que el titulado ha adquirido durante sus prácticas son una de las principales razones por las que las empresas deciden ofrecen contratos laborales tras la formación.
«Entre las principales competencias transversales se encuentra la capacidad de aprendizaje que, precisamente, es la que permite ampliar y actualizar conocimientos dentro de unas prácticas formativas.», señala la directora de Operaciones de FUE. Por otra parte, la proactividad y la visión disruptiva y motivacional son otras de las conocidas como soft skills que más demandan las compañías ya que «hacen que los jóvenes tengan la capacidad de aportar ideas frescas e innovadoras», explica Palomino.
Asimismo, recuerda que es la formación la que hace que los estudiantes o recién titulados tengan una primera inmersión en el mundo profesional. «Desarrollan conocimientos que van más allá de los conceptos técnicos que han aprendido en la universidad y que son los que le harán destacar o convertirse en el profesional del futuro que quieren ser», indica.
En ese sentido, uno de los hechos diferenciales, según FUE, es el acompañamiento de programas formativos desarrollados en base a las necesidades del mercado laboral y a las necesidades que tienen los jóvenes para afrontar su nueva etapa como profesionales.
«El COVID-19 precisamente lo que ha hecho ha sido reforzar este tipo de competencias transversales: la digitalización, la autonomía, el liderazgo y el trabajo en equipo son más necesarios que nunca», finaliza Palomino.