Un estudio, impulsado por el Institut de Ciència i Tecnologia Ambientals de la Universitat Autònoma de Barcelona (ICTA-UAB), ha avisado que el cambio climático está afectando a la producción de plancton en el mar Mediterráneo occidental.
El trabajo ha apuntado que el incremento de la temperatura está provocando la reducción de los niveles y esto impacta «negativamente» en las comunidades planctónicas y a la biodiversidad marina, de una zona analizada donde estos organismos unicelulares han estado presentes desde el siglo X hasta la actualidad, según ha informado el ICTA-UAB este lunes en un comunicado.
Los investigadores han descubierto que antes de las emisiones de CO2 que han provocado un calentamiento oceánico, antes de 1880 según los registros, las alteraciones del plancton eran básicamente por la variabilidad natural, pero, en los últimos 150 años, se han reducido «notablemente» la productividad biológica, también por la influencia de los cambios en la composición de las especies.
«Desde 1880, el calentamiento atmosférico ha sido más grande, incrementado la temperatura del mar una mediana de 0,35 grados cada década», ha afirmado el investigador del ICTA-UAB, y autor principal, Sven Pallacks, que ha justificado el objeto de observación del mar Mediterráneo occidental al ser una región especialmente afectada por la presión antropogénica y el cambio climático.
Los responsables del estudio han destacado la importancia del trabajo, así como por la descripción de un estado previo y la afectación del cambio climático posterior, por el papel destacado de los foraminíferos planctónicos –una tipología de zooplancton calcificada presente en las islas Baleares y el Mar de Alboran– para detectar la productividad biológica.
El estudio ha apuntado que un Mediterráneo «menos productivo afectaría a la complejidad de la cadena alimentaria y a las poblaciones de peces, así como a la biodiversidad», algo que supone una amenaza a los recursos naturales de este mar.
El trabajo se ha hecho en colaboración con investigadores del Consejo Español de Investigaciones Científicas (CSIC) en Barcelona, el Instituto Max Planck de Química en Mainz (Alemania) y la Universidad de Palermo (Italia) y se ha publicado en la revista ‘Global and Planetary Change’.