Expertos coinciden en que la gestión de la crisis migratoria es «un absoluto desastre»

La Fundación Canarias Siglo XXI ha acogido este sábado la última jornada del Campus de Verano 2021 dedicada a la gestión de la crisis migratoria en las Islas, donde expertos, periodistas, responsables de entidades y los alcaldes de Teguise y Mogán abordaron la realidad que afronta el Archipiélago desde la reactivación de la ruta atlántica, catalogada como la más peligrosa del mundo.

Expertos coincidieron en que la gestión de la crisis migratoria es «un absoluto desastre y es difícil gestionarla peor». Así, el corresponsal del diario ‘El País’ en Dakar, Pepe Naranjo, reconoció que las migraciones «no son un problema. Son la búsqueda de soluciones a un problema estructural» y se refirió a la necesidad de buscar alternativas a la gestión migratoria: «No se puede a permitir que Canarias vuelva a convertirse en la mayor cárcel a cielo abierto de Europa. Es inadmisible».

Para Naranjo, la solución no está en la construcción de macrocentros ni en el incremento de plazas de acogida y aseguró que en esta crisis «pretendieron convertir a Canarias en Lesbos», impidiendo que los migrantes continuaran su viaje a otros puntos de Europa.

Por su parte, la corresponsal de la Cadena SER en Rabat, Sonia Moreno, reconoció que ya en 2018 su medio advirtió que la ruta atlántica se estaba reactivando «pero en este momento el ministro del Interior lo negó». Moreno hizo hincapié en la pérdida de vidas. Al respecto, sostuvo que se está «haciendo una barbarie con la migración. No es solo la gente que llega, es la que muere».

Ambos periodistas apuntaron a la necesidad de cambiar las narrativas y coincidieron en la deshumanización de un fenómeno que trunca vidas y sueños. En este sentido, Sonia Moreno apuntó que la culpa «no es del deseo de movilidad de las personas. Cada persona migrante tiene su propia motivación para querer salir de su situación en su país de origen. Cada migrante tiene una razón».

Por su parte, Naranjo señaló como reto que «la gente empatice con los jóvenes migrantes. El periodismo tiene que hacer una labor desde el origen, poniendo el rostro al drama humanitario» y agregó que «debemos recordar que hablamos de seres humanos como nosotros».

La última jornada de este primer Campus de Verano se inició con una declaración institucional del alcalde de Teguise, Oswaldo Betancor, que apuntó al foro «como parte del camino para entender el viaje que emprenden tantas personas» y para poner el foco «en una mejora de la gestión de una situación agravada por la pandemia» en un territorio como el canario «donde se está rozando la vulneración de los derechos humanos y eso no se puede permitir».

Betancor reconoció que parte del fracaso en la gestión de esta crisis reside «en la sumisión y pasividad» de la Administración canaria e hizo un llamamiento «para levantar la voz» y dar respuestas «desde el diálogo y la unidad». El alcalde de Teguise recordó que ha solicitado a Europa «la presencia de los alcaldes y alcaldesas de Canarias afectados por la crisis para poder participar en una comisión donde se deciden cuestiones que afectan a nuestras costas como frontera sur de Europa».

Durante la jornada se hizo un homenaje a los vecinos y vecinas de Órzola que el 24 de noviembre arriesgaron su vida para salvar a los ocupantes de una patera. Un reconocimiento que abanderó la alcaldesa de Haría, Chaxiraxi Niz, y que según aseguró uno de los vecinos «el mayor reconocimiento fue estar allí».

La alcaldesa de Mogán, Onalia Bueno, expuso la situación vivida en el muelle de Arguineguín el pasado verano. «Se podía haber solucionado rápido con la coordinación de ministerios pero no hubo voluntad política y nos dejaron solos». La alcaldesa recordó los momentos de mayor tensión y preocupación como cuando se vino «abajo al ver a mujeres embarazadas sobre colchonetas al sol» o cuando la delegación del Gobierno decidió dejar en la calle a más de 200 personas que habían estado en el muelle «sin avisar» y sin darles «recurso alguno; ni agua ni comida ni nada, los dejaron solos».

Bueno destacó el importante papel que jugaron los medios de comunicación durante todas las semanas en las que el muelle de Arguineguín se convirtió en un centro de hacinamiento de migrantes «porque con su trabajo lograron que toda la sociedad conociera la realidad que se estaba viviendo y el gobierno de España se viera obligado a responder».

La alcaldesa puso el acento «en el vergonzoso» papel del Estado «que no tuvo para nosotros ni ayuda, ni respaldo ni información; ni siquiera palabras de consuelo», criticó.

En un sentido similar el periodista Alberto Rojas, reportero de la sección internacional de ‘El Mundo’, aseguró que lo ocurrido en Arguineguín evidencia que Europa «no sabe lo que quiere e improvisa políticas sobre la marcha» y dijo no entender «cómo entierran en dinero a países que no tienen respeto con la migración para hacer el trabajo sucio, exponiéndose al chantaje cuando esos países quieren».

EL ROSTRO DE LA MIGRACIÓN.

El delegado de CEAR, Juan Carlos Lorenzo, explicó en la mesa que llevó por título ‘El rostro de la migración y los refugiados’ que con la pandemia «se ha querido justificar todo y nos han deshumanizado y no se puede justificar que se haya cosificado a las personas que se haya reducido los espacios de acogida».

Juan Carlos Lorenzo calificó además de «miope y reduccionista» la política del Estado, que «en lo peor de la crisis migratoria no sabía cómo gestionar», preguntándose si ello «no responde a una clara voluntad política que mercantiliza con los derechos humanos» y puso en valor el comportamiento ciudadano «ya que ante esta situación hemos visto una ciudadanía comprometida, que escucha y les acompaña».

Elouali Chafari Aarab, presidente de la Asociación Horizontes Marroquíes, habló desde su experiencia, la de llegar a Canarias en patera, y apuntó que los discursos racistas «ni representan a la España diversa y recuerda que para condenarlos están los tribunales. «Convertir a Canarias en cárcel para las personas migrantes incrementa las inquietudes entre la ciudadanía» y reclamó «un cambio para gestionar efectivamente todos los aspectos de la inmigración».

Así, destacó que «la falta de voluntad y gestión política se ha suplido con la solidaridad y empatía de las personas que están ayudando, incluso con sus propios fondos y recursos».

Finalmente, el fotógrafo documental Arturo Rodríguez y Alberto Rojas conversaron sobre lo que «no es migración» y desmontaron algunos de los bulos sobre este asunto». En su diálogo reclamaron cambiar el lenguaje y dejar de usar términos como «oleada, crisis o avalancha» que deshumanizan y generan una percepción equivocada del fenómeno migratorio en la población.

Con esta sexta jornada terminó la primera edición del Campus de Verano 2021 organizado por la Fundación Canarias Siglo XXI que desde el pasado lunes ha servicio como espacio de debate y reflexión sobre aspectos de la realidad económica, social y política de Canarias y que ha contado con más de 60 ponentes y moderadores.