La motivación académica de los estudiantes podría ayudar a entender la brecha de género en España en las denominadas disciplinas STEM (Ciencias, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas), según se desprende de la investigación ‘Motivación académica, habilidades no cognitivas y brecha de género en Matemáticas y Ciencias’, publicada por las fundaciones Ramón Areces y Sociedad y Educación.
En este trabajo, la profesora e investigadora Gema Zamarro, catedrática en el Departamento de Reforma Educativa de la Universidad de Arkansas, documenta brechas de género en el rendimiento de los estudiantes de España en las áreas de Matemáticas y Ciencias utilizando datos de PISA 2015 para España, oleada que incluye muestras representativas a nivel nacional y autonómico.
Además, usando distintas metodologías innovadoras para la medida de la motivación académica, estudia hasta qué punto la motivación está relacionada con las brechas de género observadas.
Según recuerda el estudio, la motivación estudiantil es un factor importante del éxito educativo y se ha medido tradicionalmente a través de preguntas en cuestionarios. Aunque la variación entre comunidades autónomas en las medidas de motivación es limitada, la autora encuentra diferencias importantes de género en las distintas medidas de motivación consideradas. Los chicos presentan niveles más altos que las chicas en motivación general reportada en el cuestionario, mientras que las chicas, de media, ponen más esfuerzo en la encuesta y en la prueba PISA.
Según el trabajo, las brechas de género en Matemáticas y Ciencias aumentan cuando se tienen en cuenta los distintos niveles de motivación entre chicos y chicas. Además, la autora demuestra que el mayor rendimiento relativo en Lectura por parte de las chicas está asociado con un menor interés por las Ciencias. Los resultados sugieren diferencias de género en el rendimiento en Matemáticas y Ciencias aún mayores de lo que se estima inicialmente, dado que las chicas consiguen compensar parte del menor rendimiento en estas áreas con mayores niveles de esfuerzo.
Tal y como explica la autora, aunque los resultados de este trabajo no se pueden interpretar de manera causal, ya que puede haber variables inobservables, tales como los intereses familiares por las áreas de ciencias u otras características que pueden ayudar a explicar los distintos niveles de motivación y del rendimiento estudiantil, las correlaciones que documenta tienen varias implicaciones importantes.
En primer lugar, sobre el hecho de que la brecha de género en el rendimiento en Matemáticas y Ciencias sea más grande una vez que se corrige por las diferencias de género en motivación y esfuerzo, sugiere que las chicas pueden estar menos preparadas en estas áreas de lo que se piense inicialmente, ya que compensan parte de su falta de conocimiento con un mayor esfuerzo en la prueba. Además, encuentra que el mayor rendimiento en Lectura por parte de las chicas está asociado con un menor interés por las ciencias.
En segundo lugar, los chicos, en general, presentan menores niveles de esfuerzo que las chicas en la prueba y el cuestionario. En la medida en que estas variables sirven como indicadores de los niveles de motivación en el colegio y correlacionan con las tasas de abandono escolar, la autora insta a investigar por qué los chicos no encuentran que las tareas escolares merezcan su atención y su esfuerzo tanto como las chicas. En este sentido, los chicos se podrían beneficiar de intervenciones que promuevan las habilidades no cognitivas, la mentalidad académica y el esfuerzo.
Por otro lado, la mayor capacidad de las chicas para mantener su esfuerzo es una ventaja que se debe reconocer y acentuar más, según la autoria. Finalmente, los chicos sí que presentan mayores niveles de motivación general que las chicas cuando responden a las preguntas: «Quiero ser el mejor en todo lo que hago» y «Yo me veo a mí mismo como una persona ambiciosa». Sin embargo, las chicas que consiguen mayores niveles de motivación general obtienen mejor rendimiento académico que los chicos en Matemáticas y Ciencias.
«Sería interesante investigar hasta qué punto estas preguntas de motivación general capturan estereotipos de género y por qué las chicas que superan estos estereotipos y presentan mayores niveles de motivación general se benefician, en términos de rendimiento, en las áreas de ciencias», señala Gema Zamarro.
En este sentido, la autora considera que aquellas intervenciones que luchen contra los estereotipos asociados con la ambición y la competitividad en las áreas de ciencias podrían ser especialmente beneficiosas para las chicas.