Resulta indudable que comer bien y seguir una dieta adecuada es esencial durante toda la vida, pero aún lo es más durante periodos de la vida tan determinantes para la mujer como el propio embarazo o la menopausia.
Lo cierto es que la mayoría de mujeres toma conciencia de ello durante los nueves meses de gestación, pero no tanto cuando llega la menopausia, pues no atienden correctamente a las necesidades de esta época de su vida.
Pero, sin duda, muchas de ellas enderezarán el rumbo de sus dietas en cuanto se informen de las razones de mantener una buena alimentación durante estos años. De esta manera, podremos hacer frente a los problemas y cambios que se producen en el organismo con ocasión de la menopausia.
- Así, uno de los más conocidos es el de la pérdida de masa ósea debido a la descalcificación que sufren los huesos ya que las hormonas femeninas los protegen durante todo el ciclo fértil de la mujer pero con la menopausia empiezan a reducirse. De esta manera, se eleva el riesgo de sufrir fracturas.
- Tampoco podemos pasar por alto posibles alteraciones relacionadas con el estado de ánimo como cansancio, abatimiento, falta de concentración, ansiedad, irritabilidad e incluso agresividad.
- Es posible, asimismo, observar un aumento de peso entre las mujeres menopáusicas.
- Aumenta el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.
En definitiva, si no prestabas la debida atención a la alimentación, sin duda, ya es hora de que lo hagas pues estos cambios dietéticos te ayudarán a hacer frente a los cambios en tu organismo.
Asimismo, es recomendable añadir suplementos dietéticos, especialmente de calcio, que puedan ayudar en esta etapa, pero quizás sea adecuado consultar previamente cualquier duda con el médico.
En cualquier caso, ten presente estas recomendaciones en la dieta:
- Una baja ingesta de grasas.
- Abundante fibra que podrás encontrar en frutas, verduras y granos enteros.
- Alimentos ricos en calcio.
- Evitar el alcohol y la cafeína, pues pueden fomentar los sofocos característicos de estos años. Además, estas sustancias pueden dificultar la conciliación del sueño.
Tan importante como adoptar una buena dieta es la realización de ejercicio de forma regular para evitar el aumento de peso, así como mejorar tanto la calidad del sueño como el estado de ánimo. Así, conviene practicar algún tipo de actividad al menos durante 30 minutos diarios. No en vano, se ha demostrado que esta rutina reduce el riesgo de fractura de cadera en mujeres mayores y, además, ayuda a fortalecer la densidad ósea.
En el caso de ser una mujer fumadora, conviene alertar de que, según la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG), la nicotina acelera la eliminación de los estrógenos y ello conlleva una menopausia más temprana. Para colmo, esta sustancia favorece la eliminación del calcio por la orina y debilita, en definitiva, nuestros huesos.