El nuevo ministro de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática, Félix Bolaños, ha presidido este jueves por primera vez la llamada Comisión General de Secretarios de Estado y Subsecretarios, el órgano encargado de coordinar la acción del Ejecutivo y preparar los asuntos que se llevan a los Consejos de Ministros de los martes, que hasta ahora presidía la ex vicepresidenta primera Carmen Calvo.
Durante este encuentro, que se ha celebrado de manera telemática, como viene ocurriendo desde que estalló la pandemia en marzo de 2020, Bolaños ha anunciado su intención de retomar en septiembre las reuniones de carácter presencial, en su habitual sala del Ministerio de la Presidencia, ubicado en el Palacio de la Moncloa.
Bolaños asumió este lunes, de manos de Calvo, la tarea de coordinar al Gobierno desde el Ministerio de la Presidencia, convirtiéndose así en una de las principales figuras del nuevo Gobierno de Sánchez.
Además de la coordinación, el hasta ahora secretario general de la Presidencia tiene entre sus funciones la preparación, el desarrollo y el seguimiento del programa legislativo, o el apoyo inmediato a la Presidencia del Gobierno.
Por todo ello, se ha convertido en uno de los ministros con más peso político del Ejecutivo –si no el que más– y también en el principal interlocutor, tras Sánchez, con los socios de coalición de Unidas Podemos; una labor que a Calvo le generó alguna importante disputa, sobre todo con la ministra de Igualdad, Irene Montero.
Su última ‘batalla’ fue la relativa a la ley trans, que finalmente se aprobó como anteproyecto a finales de julio, incluyendo la libre determinación de género, como pedía Podemos, pero en contra de los postulados feministas clásicos defendidos por la exvicepreisdenta primera y todavía secretaria de Igualdad del PSOE.
De hecho, algunas fuentes interpretan que ese desgaste en su relación con los ‘morados’, provocado por sus intensas discrepancias, es una de las causas de la salida de la que era la ‘número dos’ del presidente, y su principal muro de contención ante las críticas de la oposición.
Como responsable también de la coordinación de los asuntos de relevancia constitucional, Bolaños debe hacer frente junto a la nueva ministra de Justicia, Pilar Llop, al varapalo que ha supuesto para el Gobierno el fallo del Tribunal Constitucional declarando inconstitucional el estado de alarma que se decretó en marzo de 2020.
Esta decisión, que llegó a penas dos días después de que Bolaños tomara posesión, ya está siendo estudiada por el Gobierno, si bien el Ejecutivo ya ha avanzado que aunque la respeta, no comparte su contenido, al entender que el estado de alarma fue constitucional y también imprescindible para salvar vidas.
De Calvo, Bolaños también ha heredado la ley de memoria democrática, que se aprobará en cuanto el nuevo ministro termine de preparársela. Su predecesora tenía previsto llevar el proyecto de ley al Consejo de Ministros de esta semana, pero el nuevo titular de Memoria Democrática ha decidido tomarse algo de tiempo para estudiarse bien el texto que ahora debe encargarse él de presentar y defender.