La diferencia entre comerse una tortilla de patatas jugosa y sabrosa, como realmente adoran los comensales españolas, y comerse un ‘zapato’ reseco estará siempre en las manos del cocinero. Y aunque parezca que es un plato sencillo, con ingredientes muy accesibles, lo cierto es que hay que cumplir con varias premisas en su elaboración para que acabe tan jugosa como realmente pretendes.
Este plato, que es uno de los grandes tótems de la cocina española, lleva décadas y décadas enamorando a propios y extraños. De hecho, es uno de nuestros platos típicos junto con la paella, la fabada o el gazpacho. Al margen del debate con o sin cebolla, nos gusta sobre todo jugosa, así que presta atención, porque vamos a darte las claves para que te salga de rechupete.
5MÁS PASOS PARA MEZCLAR CON LOS HUEVOS
Dejamos un par de minutos que se mezclen bien. Aquí hay quien prefiere dejar las patatas enteras y quien prefiere machacarlas un poco con la paleta para que se mezclen bien con el huevo. Ponemos en la sartén un par de cucharadas de aceite de oliva virgen extra y vertemos todo.
Al principio rompemos un poco, como si fuéramos a hacer un revuelto, luego vamos dándole forma por los bordes. Cuando veamos que ya está cuajada por abajo ponemos un plato o una tapa encima de la sartén y le damos la vuelta rápidamente. Ponemos de nuevo la sartén en el fuego y deslizamos la tortilla desde el plato a la sartén.