Investigadores del grupo Virus y Cáncer del CiMUS de la Universidad de Santiago de Compostela (USC), en colaboración con la Escuela de Medicina Monte Sinai en Nueva York (Estados Unidos), del Instituto Bernhard Nocht de Medicina Tropical en Hamburgo (Alemania), la Universidad San Luis en Missouri (Reino Unido) así como investigadores del CNIC y de la Universidad de Liverpool (Reino Unido), han descubierto los complejos mecanismos moleculares que podrían ayudar a explicar la elevada patogenicidad del virus del Ébola en los seres humanos, así como las posibles vías de tratamiento y prevención.
En un estudio publicado en la revista científica ‘mBio’, el equipo muestra cómo una proteína del virus del Ébola, conocida como VP24, interactúa con los componentes de la membrana que rodea el núcleo celular (conocida como envuelta nuclear) provocando un daño significativo a las células y posibilitando la replicación del virus y la progresión de la enfermedad.
«El virus del Ébola es extremadamente hábil para esquivar las defensas antivirales del organismo y en nuestro estudio hemos caracterizado un mecanismo a través del cual esta evasión ocurre: la ruptura de la envuelta nuclear por la proteína VP24 del virus. Esa rotura es bastante dramática y replica enfermedades genéticas raras conocidas como laminopatías, que pueden derivar en graves complicaciones musculares, cardiovasculares y neuronales», explica Santiago Vidal, primer autor del trabajo.
Tras aparecer por primera vez en 1976 en África, el virus del Ébola se ha asociado a importantes brotes de fiebre hemorrágica en ese continente. El más grave fue en 2014-2016 en África Occidental, con una tasa de mortalidad del 50 por ciento. El virus se transmite a las personas a partir de animales salvajes y se propaga en las poblaciones humanas por transmisión de persona a persona.
En el trabajo de laboratorio, los científicos identificaron los componentes de la membrana nuclear con los que interactúa VP24 para provocar la ruptura de la misma. Estos componentes son la emerina y los constituyentes de la membrana interna, lamina A/C y lamina B.
Específicamente, la proteína VP24 disminuye la interacción entre lamina A/C y emerina, lo que compromete la integridad de la envuelta nuclear. Esto, a su vez, provoca la salida del ADN nuclear hacia el citoplasma y la pérdida de función de las células que combaten la enfermedad.
Los investigadores demostraron además que VP24 interrumpe las vías de señalización que están destinadas a activar el sistema inmune encargado de luchar contra invasores virales como el Ébola. La consecuencia biológica de esta modulación es una interferencia aún mayor con la fisiología normal de las células, incluida la inmunidad antiviral.
«Creemos que nuestro descubrimiento de las nuevas actividades de la proteína VP24 del virus del Ébola y el daño severo que causa a las células infectadas, ayudará a promover más investigaciones sobre formas efectivas de tratar y prevenir la propagación de virus mortales, quizás a través de un nuevo inhibidor. De hecho, es de esperar que esas investigaciones consigan identificar con mayor precisión los mecanismos moleculares mediante los cuales virus como el del Ébola invaden el cuerpo y encuentran formas sofisticadas de evitar el sistema inmune», concluye Carmen Rivas, otra de las responsables del trabajo.