Joaquín Cortés y Mónica Moreno vivieron uno de los momentos más duros de su vida hace tan solo unas semanas, cuando su segundo hijo en común, Andrea – de tan solo cuatro meses – era ingresado durante varios días en un hospital madrileño a causa de una bronquiolitis; una infección que, como el propio bailarín aseguraba, era bastante más peligrosa que el Covid en bebés. Por suerte, y tras darnos una lección de fuerza a todos, el pequeño recibía el alta el pasado 26 de junio y, completamente recuperado, disfruta ya de este inicio de verano en la capital con sus famosos papás y con su hermanito mayor, Romeo, de 3 años.
Retomando poco a poco la normalidad tras este durísimo susto, Mónica ha dejado al peque con Joaquín para disfrutar de una mañana de cine con Romeo que, como explicó la bailarina a través de sus redes sociales, también lo pasó muy mal por la ausencia de su mamá en casa durante el ingreso hospitalario de Andrea.
Afortunadamente todo ha quedado en un mal sueño y, como nos cuenta la mujer del bailaor, el bebé «está mucho mejor». «Hay que estar pendientes porque si se pone malo otra vez puede derivar en otras cosas, pero bueno, con precaución. Simplemente vigilarle que no tenga recaídas, muy pendientes de las respiraciones nada más», señala sin perder la sonrisa que le ha acompañado incluso en los peores momentos ya que, como la propia Mónica asegura, «aunque para los bebés es más agresivo, los médicos son espectaculares y lo saben manejar muy bien».
Sin embargo, admite que pasaron mucho miedo: «Aunque es algo común fue muy agresivo, tuvo muchas respiraciones por minutos y nunca sabes si tu hijo va a ir a peor, siempre tienes miedo de que el tuyo igual le toca que vaya a peor, estuvo a punto de ir a UCI tres días seguidos».