Croquetas: las seis claves para que nunca se abran al freírlas

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¿Qué es lo peor que te puede pasar al cocinar unas croquetas? Seguramente que se te rompan al freírlas. Estropearás el plato y el propio aceite de la sartén, ¡todo un follón! Para evitar que suceda esto y conseguir que tus croquetas permanezcan ligadas, crujientes por fuera y sabrosas por dentro, sigue los consejos que hoy te damos. 

Y es que no hay nada peor que unas croquetas mal hechas, pringosas de aceite o poco consistentes. No es una receta muy difícil, pero hay ciertos pasos que hay que tener siempre en cuenta.

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LAS CROQUETAS SE HAN DE FREÍR EN ACEITE MUY CALIENTE

Al freírlas debes tener una temperatura no menor a 170° porque ¿adivina qué? Si las croquetas se rompen o se queman será bastante probable que no hayan tenido una temperatura constante durante su cocinado. Esto también conseguirá que tengan una corteza crujiente que resguarde la bechamel en el interior.

Coloca varias croquetas en el sartén para freír con un poco de espacio entre ellas (no las coloques una encima de la otra) y fríe de 3 a 4 minutos hasta que queden doradas. Freír demasiadas croquetas a la vez o agitar la cesta durante la última fritura aumenta el riesgo de que la croqueta se rompa, como te explicamos a continuación.