El proyecto artístico ‘Monumento al Desencanto’ se podrá visitar hasta el 30 de septiembre. La clausura de esta muestra estaba prevista para esta semana, pero se va a prorrogar durante los meses de verano para dar la oportunidad a los visitantes de conocer el primer proyecto artístico que une virtualmente el Centre Pompidou Málaga y la Colección del Museo Ruso.
Esta fue la propuesta ganadora de la primera edición de la beca de comisariado y producción Vasos comunicantes. Este premio, con una dotación económica de 10.000 euros, es fruto del convenio de colaboración entre la Agencia Pública para la gestión de la Casa Natal de Pablo Ruíz Picasso y otros equipamientos museísticos y culturales y DKV seguros.
‘Monumento al Desencanto’ es un proyecto artístico de Miguel Ángel Benjumea, Luz Prado y Pablo Capitán del Río, comisariados por Regina Pérez Castillo. Propone una reflexión sobre la realidad monumental en la actualidad, sus posibilidades poéticas y su uso como dispositivo del poder a través de dos intervenciones artísticas comisariadas por Regina Pérez Castillo y elaboradas por Pablo Capitán del Río y Luz Prado, y cuyas creaciones han partido del asesoramiento teórico de Miguel Ángel Benjumea (San Fernando, Cádiz, 1982).
Así, la Instalación artística S/T de Pablo Capitán del Río (Granada, 1982) se sitúa en el centro del emblemático cubo de Daniel Buren del Pompidou y es una propuesta «contramonumental» que reactiva la memoria y la conciencia pública sobre un acontecimiento traumático olvidado y, en parte, ocultado.
Esta escultura es una reproducción del objeto conocido como ‘Pata de elefante’ de Chernobyl, una masa radioactiva que, tras la explosión del reactor número 4 de la planta nuclear, fue derritiendo cuatro metros de hormigón armado hasta aparecer en una de las galerías subterráneas de refrigeración.
«Se trata, por tanto, de uno de los objetos más venenosos y contrarios a la vida que ha existido en la historia del planeta, y, en rigor, una aberración que no se hubiera producido sin la intervención humana», han recordado. La obra solo pueda ser vista a distancia, ya que como símbolo encarna aquello con lo que ningún ser vivo puede convivir, un objeto cuya presencia física inhibe la capacidad de vida de cualquier otro organismo.
Por otro lado, la Intervención sonora visual ‘Volver a la Torre’ de Luz Prado (Málaga, 1985) establece un diálogo directo con la pieza de Pablo Capitán. Si en el Centre Pompidou Málaga se encuentra un contramonumento que encarna la irresponsabilidad del poder y, en consecuencia, la enfermedad y el dolor del pueblo; en la Colección del Museo Ruso se puede experimentar todo lo contrario.
Se trata de una propuesta antimonumental que reivindica la querencia popular por un monumento local no intencionado, como es la conocida como Torre Mónica, una antigua chimenea de la fábrica de fundición de plomo Los Guindos, construida en 1923 y situada en la distrito de la Carretera de Cádiz, junto a la playa de San Andrés.
Monumento al Desencanto’ forma parte de una investigación en la que los artistas y la comisaria toman como referencias distintas obras, como es la Torre de Tatlin o el Monumento a la III Internacional del escultor Vladímir Tatlin. Esta obra nunca llegó a realizarse, por lo que se convirtió en un símbolo de la utopía política. Una reproducción de la maqueta de la Torre de Tatlin que se ha podido disfrutar en la anterior exposición semipermanente del Centre Pompidou Málaga, Utopías Modernas.