La gestión de alimentos perecederos con soluciones RFID es una de las especialidades de Bionix Technologies, una empresa que ha llevado las soluciones RFID un paso más allá en sectores como la alimentación, el retail, la salud o la industria.
En el tema que nos ocupa, el de la industria alimentaria, sus soluciones RFID ayudan en dos aspectos, como son la trazabilidad del producto y su gestión para evitar las pérdidas lo máximo posible.
Las etiquetas RFID permiten la trazabilidad del producto
Los alimentos deben ser trazables desde el inicio hasta el final, desde que se producen hasta el lineal del supermercado.
Esa trazabilidad se tiene que hacer por seguridad y para que el consumidor esté informado de qué es lo que compra, algo que cada vez pesa más en las decisiones a la hora de elegir un producto.
Al comprador le gusta conocer de dónde vienen esos huevos que come, si son ecológicos, de gallinas criadas en libertad o de dónde viene la leche que bebe cada mañana con el café, algo que posibilita estas etiquetas.
Además, está la cuestión de la seguridad, ya que cuando hablamos de alimentos perecederos este control es aún más importante, puesto que son los que más posibilidades tienen de estropearse y de provocar algún problema de salud, momento en el cual la trazabilidad marca la diferencia posibilitando averiguar en muy poco tiempo dónde ha estado el problema y actuando en consecuencia.
En este aspecto no hay que olvidar la mejora en la imagen de marca que se produce, puesto que el consumidor confía más en una tienda que le permite saberlo todo de los alimentos perecederos que vende.
La tecnología RFID ayuda a prevenir la pérdida de alimentos perecederos
El mayor problema de trabajar con alimentos perecederos es que hay una cantidad de pérdidas o mermas que pueden ser muy elevadas, afectando a la viabilidad del negocio.
Todos los días se tiran toneladas de este tipo de alimentos en todo el mundo, muchas de las cuales provienen de una gestión muy deficiente.
A veces, estas pérdidas se producen porque estos productos “se pierden” dentro de un almacén, algo que puede parecer raro a las personas que no trabajan con miles de referencias a diario, pero que ocurre en todos los almacenes en los que hay alimentos si no se usan tecnologías como las etiquetas de las que estamos hablando.
Gracias a la tecnología RFID se pueden identificar tanto las fechas de caducidad de productos individuales como de lotes enteros, dentro de los almacenes y de los lugares de venta, todo sin que tenga que intervenir ninguna persona.
De esta manera, los alimentos cuya fecha de caducidad se aproxima se pueden poner a la venta antes, sacándolos del almacén para venderlos, colocándolos delante en los lineales o incluso poniendo descuentos a los que van a caducar enseguida para no tener pérdidas.
Se calcula que con las etiquetas RFID las pérdidas de alimentos perecederos se reducen en al menos un 20 %, lo cual es una cantidad muy elevada que justifica la inversión que se requiere para implementar este sistema, ya que se va a recuperar en poco tiempo al poder vender como mínimo ese 20 % de alimentos perecederos que antes terminaban en la basura.