El Alto Representante de la UE para Política Exterior, Josep Borrell, y el comisario europeo de Cooperación Internacional y Desarrollo, Janez Lenarcic, han condenado «en los términos más enérgicos» el asesinato de los tres trabajadores, entre ellas una española, de Médicos Sin Fronteras (MSF) en la región etíope de Tigray.
En un comunicado, han trasladado su «más sentido pésame» a los seres queridos de los tres trabajadores asesinados y han condenado «esta atrocidad», que se ha producido mientras «se entrega ayuda a quienes más la necesitan» y representa otro ejemplo «horrible de la escalada del conflicto» en Tigray y una «violación flagrante» del derecho internacional humanitario.
Además, han deplorado, este asalto sigue al bombardeo de un mercado en Tigray a principios de esta semana, que estaba dirigido y provocó la muerte de civiles. Ambos se suman a los «ataques indiscriminados y deliberados contra civiles» desde que comenzó el conflicto, han criticado.
«Junto a los continuos bloqueos de los trabajadores humanitarios mientras intentan brindar asistencia a las personas atrapadas en el conflicto, esto representa otro trágico ataque contra los trabajadores humanitarios en Tigray», han lamentado, para reiterar el llamamiento «urgente» a un alto el fuego «inmediato».
Borrell y Lenarcic también han pedido «el acceso humanitario irrestricto a todos los afectados por el conflicto en la región» y han recordado «en los términos más enérgicos» que los civiles y los trabajadores humanitarios no deben ser un objetivo.
Este viernes Médicos Sin Fronteras (MSF) ha anunciado la muerte de tres de sus trabajadores en Etiopía, una de ellas una española, tras perder el contacto con ellos el jueves por la noche. Esta mañana, «el vehículo ha sido hallado vacío y, a unos metros de distancia, sus cuerpos sin vida», ha lamentado.
CONDENA INTERNACIONAL
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha condenado «el asesinato de los tres colegas en Tigray», y ha expresado su «más sentido pésame a sus familias» y a MSF, mientras que ha lamentado que el ataque se haya producido «días después de un espantoso ataque contra civiles en un mercado cerca de Mekelle», unos asaltos que ha calificado como «terribles» y ha exigido que «deben cesar».
Por su parte, el director general del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), Robert Mardini, se ha mostrado «conmocionado, horrorizado y triste por la trágica noticia» del asesinato de los tres trabajadores. «Esto es inaceptable», ha denunciado, para trasladar su condolencias a familiares y amigos de las víctimas.
«Médicos. Enfermeras. Paramédicos. Personal médico. No son parte de la lucha. Están ahí para ayudar a cualquiera que necesite atención», ha recordado el CICR en su cuenta de Twitter, mientras que el presidente del CICR también se ha mostrado «consternado» por el «vergonzoso» ataque. «Los civiles #NoSonObjetivo», ha añadido, sumándose a la condena bajo esta etiqueta en redes sociales.
EL CONFLICTO EN TIGRAY
El primer ministro etíope, Abiy Ahmed, anunció en noviembre de 2020 el inicio de una ofensiva militar contra el Frente Popular para la Liberación de Tigray (TPLF), en respuesta a un ataque del grupo contra la principal base del Ejército en Mekelle tras un drástico repunte de las tensiones entre la formación y el Gobierno central.
Las agencias de la ONU y las ONG han visto limitado su margen de maniobra, en un contexto marcado por una grave crisis humanitaria. La Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) ha denunciado en su último informe sobre la situación, publicado este viernes, de casos de «acoso, intimidación y detención» de cooperantes, así como de la confiscación de ayuda.