La diferencia entre unas croquetas buenas y unas malas es abismal. Hechas un mazacote, grasientas, frías por dentro… lo cierto es que hay mil maneras de estropear este plato, pero en gran parte de las veces se debe a un único motivo: no sabemos añadir bien el rebozado para que se queden crujientes por fuera.
De la misma manera, la diferencia entre preparar bien unas croquetas y hacerlo mal es muy sutil, así que presta atención a los consejos que hoy te damos para preparar esta receta de la mejor manera y así evitar disgustos.
6PREPARADO Y REBOZADO PARA QUE ESTÉN BIEN CRUJIENTES
Ya con la masa de las croquetas hechas -lo recomendable es dejarlas de un día para otro para obtener una textura más compacta- bate los huevos con sal y pon el pan rallado en un plato. Si quieres darle un toque crujiente especial, aquí puedes añadir maiz frito -o kikos– triturados (es una opción que eligen muchos restaurantes).
Solo queda que le des la forma deseada a las croquetas -con la mano o con dos cucharas, como en el vídeo- y echarlas a la sartén. Recuerda que el aceite ha de estar bien caliente y que no has de meter muchas croquetas a la vez en él. Al sacarlas, si puedes, evita colocarlas sobre papel de cocina -normalmente suele hacerse así-. Será mejor que uses un escurridor si quieres evitar que se ablanden.
Con todos estos consejos estarás preparado para realizar unas croquetas que conquisten a los paladares más exigentes: muy sabrosas por dentro y bien crujientes por fuera, ¡como nos gustan!