La diferencia entre unas croquetas buenas y unas malas es abismal. Hechas un mazacote, grasientas, frías por dentro… lo cierto es que hay mil maneras de estropear este plato, pero en gran parte de las veces se debe a un único motivo: no sabemos añadir bien el rebozado para que se queden crujientes por fuera.
De la misma manera, la diferencia entre preparar bien unas croquetas y hacerlo mal es muy sutil, así que presta atención a los consejos que hoy te damos para preparar esta receta de la mejor manera y así evitar disgustos.
5PRIMEROS PASOS PARA HACER UNAS CROQUETAS CON UN REBOZADO IDEAL
Una vez con todos los ingredientes en la mesa, corta los 100 g de mantequilla en dados y ponla en una sartén a derretir durante unos minutos. A continuación, y en esa misma sartén, pica la cebolleta y el diente de ojo y añádelos dentro de ella. Durante un tiempo aproximado de 4-6 minutos, rehoga todos esos ingredientes y cuando hayan cogido todos fuerza, incorpora el jamón serrano y saltéalos a temperatura algo más baja.
Es en ese momento cuando debes añadir la harina en la sartén. Después vierte el litro de leche poco a poco y sin dejar de remover en ningún momento (si no saldrán grumos). Durante unos 20 minutos, cocina a fuego lento esa bechamel que has creado con todos esos ingredientes. Una vez esté lista, añade perejil picado por encima y deja reposar la masa en una fuente (te recomendamos que la untes con mantequilla para que no se te pegue).