Croquetas: el truco del rebozado para que estén crujientes por fuera

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La diferencia entre unas croquetas buenas y unas malas es abismal. Hechas un mazacote, grasientas, frías por dentro… lo cierto es que hay mil maneras de estropear este plato, pero en gran parte de las veces se debe a un único motivo: no sabemos añadir bien el rebozado para que se queden crujientes por fuera.

De la misma manera, la diferencia entre preparar bien unas croquetas y hacerlo mal es muy sutil, así que presta atención a los consejos que hoy te damos para preparar esta receta de la mejor manera y así evitar disgustos.

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CÓMO HAN DE ESTAR REALMENTE LAS CROQUETAS

Queremos que nuestras croquetas no se abran al freírlas.

Para saber si tus croquetas han quedado en su punto lo deseable será que tengan una buena textura y un buen sabor en su interior (esto te lo darán en gran parte los ingredientes), pero también que estén crujientes por fuera. 

Y es que no conocemos mucha gente que les agrade degustarlas blandas por fuera, ya que el secreto de esta receta es ese peculiar punto crunchy de su exterior. De hecho, su nombre viene de ahí: croquette significa ‘comer algo que cruje’. Hoy te explicaremos, por tanto, cómo prepararlas para que estén realmente como han de estar.