Tener miedo al agua es uno de los tantos temores que padece el ser humano. Ya sea infundados, por malas experiencias o por historias terroríficas sobre determinadas situaciones.
Hay varios puntos sobre tener miedo al agua y es que muchas veces este surge por la falta de conocimiento que tenemos sobre ello. Las profundidades que aterran, el asunto de no saber nadar o nadar pero muy poco. Otros , tal como mencionamos, son miedos que fueron alimentados desde temprana edad.
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¡No te acerques mucho a la playa!, ¡Te puedes ahogar!, ¡Ve con cuidado que el agua es peligrosa! En fin, muchas de estas y otras palabras también podrían ser el detonante de temores. Pues aunque parezca ilógico, el miedo va siendo alimentado por pequeñas frases como estas hasta llegar al punto de prescindir.
Es cierto que algunas personas tienen miedo al agua por recuerdos de alguna mala experiencia o experiencia traumática. Por ejemplo, una caída en el agua profunda, inmersión provocada, dificultad para salir del agua o experimentar ahogamiento.
El tener miedo al agua también puede ser un producto de choque de reacciones. Es decir, la primera vez que ves o sientes el mar o una piscina y simplemente sientas temor por la magnitud del sitio. Este mayormente se desprende de las frases de alerta que ya mencionamos.
Casi siempre el miedo al agua es producto de una alimentación constante de temores. Pues pese a no haber vivido malas experiencias en el mar o en una piscina, familiares se encargan de alertarnos y es precisamente eso lo que aterra.
¿Puedo dejar de tener miedo al agua?
La respuesta es si. Todo miedo puede trabajarse de forma constante, y el miedo al agua no será la diferencia. Es un proceso que puede tardar mucho tiempo para algunas personas, o puede ser un proceso rápido para otros.
Dependerá además de cuán dispuesto estás para soltar el miedo al agua y comprobar por tus propios medios que no hay nada malo. Si aún insistes en tener tus precauciones es más que válido, pero que los temores no sean más grandes de las ganas de superar.
Hay centros encargados de natación en los que además de enseñarte a nadar, también te enseñan que lo primero es prescindir del miedo al agua. Tocarla, aprender de ella, sentirla, nada malo pasará siempre que estés seguro de ti mismo y de lo que haces.
Toda práctica exige un completo método de seguridad, pero no significa que dejes de hacer algo que quieres por temor. Algunos países también cuentan con centros para atender los grandes temores y pues de alguna manera puede conversar todo lo que te causa el agua.
Apoyo para superar los miedos
No existen plazos para perderle el miedo al agua, es decir que el afectado no puede saber cuándo perderá el miedo o de qué manera lo hará. Lo cierto es que en cualquier etapa de la vida, es posible superarlo. Siempre y cuando haya constancia, seguridad, perseverancia y plena disposición de aprender y vivir una experiencia nueva a partir de la seguridad.
En el proceso también se integra la paciencia y voluntad que se tenga al perder el miedo al agua. Si es decisión de la persona, puede estar acompañado de una persona confiable que sirva de apoyo y anime en el proceso.
Es posible superar el miedo al agua de forma individual, pero no está de más si una persona nos brinda apoyo psicológico en lo que respecta al tema. Tratando el temor, profundizando las razones y apoyando desde la paciencia.
Recuerda que no es necesario estar apresurado, todo conlleva su tiempo. Así que tómate todo el tiempo que consideres necesario para superar cada etapa.
¿Qué hacer para superar el miedo al agua?
A continuación te dejaremos varias puntos que pueden ayudarte para superar el miedo al agua:
- Aprende sobre el agua y la natación. Tal como mencionamos al inicio, conocer es necesario. Puedes buscar sobre artículos relacionados con la natación y el miedo al agua. Es importante leer sobre el proceso de aprender a nadar y de los principios científicos del agua para hacer comprender los miedos.
- Practica técnicas de relajación. Para evitar entrar en pánico cuando tengas contacto con el agua, practica técnicas de relajación antes de entrar a la piscina o al mar.
- Practica acompañado. Contar con un amigo de confianza te ayudará reducir tu estrés y hará que te sientas más seguro.
- Aguas poco profundas. Esto te ayudará a sentirte seguro mientras aprendes a nadar. Empieza practicando en una piscina con una profundidad que te permita tocar el fondo con los pies sin sumergir el cuello ni la cabeza.
- Entra al agua gradualmente. Si hay una escalera disponible en la piscina, no dudes en usarla. Entra al agua paso por paso y tómate todo el tiempo que necesites.
- Inscríbete a clases de natación.Una vez que te sientas seguro en el agua, puedes empezar a aprender a nadar.