La Comisión Europea ha dado este miércoles su visto bueno a los planes de recuperación de Francia y Bélgica, que recibirán durante los próximos cinco años 5.900 millones y 39.400 millones de euros, respectivamente, para financiar las reformas e inversiones que han diseñado para relanzar sus economías.
Así, ya son doce los planes nacionales de recuperación que han recibido luz verde del Ejecutivo comunitario, entre ellos los de las cuatro principales economías de la UE: Alemania, Francia, Italia y España. También han superado el examen Portugal, Grecia, Dinamarca, Luxemburgo, Eslovaquia, Austria, Letonia y Bélgica.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha anunciado la aprobación de los dos planes en sendas ruedas de prensa en Bruselas con el primer ministro de Bélgica, Alexander de Croo, y en París con el presidente francés, Emmanuel Macron.
Con respecto al plan belga, la alemana ha destacado el «fuerte énfasis» que ponen en medidas que acelerarán la transición ecológica del país, puesto que el 50% de las ayudas están dirigidas a lograr los objetivos climáticos. «Estaremos al lado de Bélgica en cada paso del camino para asegurar que se logra totalmente la visión que contiene el plan», ha afirmado en un comunicado.
En concreto, las autoridades belgas han solicitado a la UE 5.900 millones de euros en transferencias directas y por ahora no han recurrido a los créditos asignados. Una vez el plan sea aprobado definitivamente por los ministros de Finanzas (Ecofin), el país recibirá un anticipo de 770 millones de euros.
Desde París, Von der Leyen también ha subrayado que el plan francés destina un 46% de los fondos previstos a «financiar medidas climáticas, que van desde la renovación de edificios a la movilidad limpia», así como que incluye un «componente muy importante» para avanzar en la digitalización.
El Gobierno francés también ha preferido dejar los créditos para una etapa más adelante y ha solicitado a Bruselas 34.900 millones de euros en subvenciones. Una vez aprobado el plan por el Ecofin, Francia recibirá un anticipo de 5.100 millones de euros.