La contractura muscular es aquella contracción de los músculos, que es producida de forma involuntaria. Esto se genera tras realizar un esfuerzo excesivo que ha terminado causando molestias en los músculos.
Se dice que una contractura muscular puede generar malestar, dolor, rigidez, limitación a la hora de realizar ciertos movimientos. También genera inflamación o un bulto en la zona dolorida que se puede palpar fácilmente.
Lea TAMBIÉN: CÓMO LIMPIAR EL FILTRO DEL AIRE ACONDICIONADO
En el caso de una contractura de espalda, son los músculos de esta zona los que han sido afectados por ese esfuerzo extra que se ha realizado. Es decir, son muchas las agresiones que la musculatura recibe a diario, solo que el ser humano no se da cuenta.
Normalmente, los músculos se contraen y se relajan para que se pueda realizar diferentes movimientos. Pero a veces las fibras musculares se contraen y luego no pueden distenderse. Por lo tanto se le dice de forma automática que aparece una contractura muscular.
El cuello, los hombros y la zona alta de la espalda son los puntos donde suelen formarse los conocidos, nudos, sobre todo por la elevación casi constante e inconsciente a la que sometemos al cuerpo.
¿Cómo detectar una contractura muscular?
Básicamente solo se requiere una leve muestra de dolor en una zona específica para detectar que algo no anda bien a nivel muscular.
Ten en cuenta las siguientes causas para detectar a tiempo una contractura muscular:
- Una mala postura. Mantener una posición forzada durante mucho tiempo puede desencadenar una contractura. Sentarse en la silla o el sofá sin apoyar bien la espalda, hablar por teléfono mucho rato sujetando el aparato entre el hombro y la cabeza, mirar la pantalla del ordenador adelantando mucho el cuello…
- Frío. En general, los músculos son sensibles a la temperatura. Cuando hay exposición al frío se contraen más y, muchas veces, sin ser conscientes de ello cualquiera adopta una postura forzada y tensa.
- Estrés. Las contracturas más comunes son las denominadas tensionales, que se localizan en la parte alta de la espalda.
Habitualmente y de forma repentina se encogen los hombros. Ante esta situación se genera una fatiga muscular que, de rebote, provoca la aparición de la contractura.
- Deshidratación y mala alimentación. La falta de hidratación o la carencia de ciertos nutrientes, como por ejemplo magnesio o potasio, pueden hacer que una persona sea más proclive a desarrollar contracturas.
¿Cómo aliviar una contractura muscular?
Sin importar la intensidad del malestar, frente a una contractura muscular es necesario aplicar calor. El cuerpo sentirá un alivio, pero también molestia al retirarlo, que se quita el efecto sedante que produce sobre las terminaciones que transmiten la sensación de dolor.
Al retirar la fuente de calor enseguida reaparecen las molestias en la zona contracturada. Aplica las veces que consideres necesarias.
Puedes aplicarlo con un saquito de semillas, una bolsa de agua caliente, una manta eléctrica, también funciona. Pero si quieres conseguir mejores resultados, consulta con tu médico y alivia el malestar con una lámpara de infrarrojos de uso doméstico.
Si empleas una bolsa de agua caliente, comprueba que la temperatura sea soportable y evita que el plástico toque la piel. El tiempo de aplicación varía en función de con qué rapidez se enfría la bolsa.
El frío actúa sobre los receptores sensoriales del músculo. Se conocen como husos neuromusculares y ante un estímulo, desencadenan un reflejo que hace que la musculatura se contraiga. Así se evita que aparezca una lesión cuando se da una tensión importante.
Puedes usar una bolsa de gel de las que venden en farmacias, un paquete de guisantes, una bolsa con cubitos de hielo. En cualquier caso, envuélvelo con una toalla para que no toque la piel. Se recomienda aplicarlo 20 minutos o hasta notar mejoría.
Otra forma de actuar sobre los huesos neuromusculares es presionando sobre la contractura muscular. Esta presión inhibe también las terminaciones nerviosas que captan y transmiten los estímulos dolorosos
¿Yoga para aliviar el dolor?
Rafael Perea, fisioterapeuta y jefe de estudios del Área Sanitaria en CIM Grupo de Formación, recomienda realizar una maniobra sobre la zona dolorida. Se puede aplicar en cualquier momento del día, resulta muy eficaz y puede ejecutarse sin problema por encima de la ropa.
Cuando se tiene una contractura en la espalda o en cualquier otro músculo, es importante no hacer movimientos o estiramientos bruscos para no forzar aún más la zona.
Puedes practicar ejercicios de yoga para principiantes, sin inversiones, o bien cualquier tipo de estiramiento en agua que ayude a relajar la zona.
Realizar alguna actividad física muy suave para disminuir la tensión en la zona es muy recomendable. Nadar, hacer actividades en agua o caminar a paso suave son algunas alternativas que puedes poner en práctica.
Usar un analgésico tópico para aliviar el dolor de la zona es también una opción para aliviar una contractura en la espalda y reducir las molestias. En farmacias podrás encontrar diversos medicamentos para tratar contracturas musculares.