De los creadores de «con la vacuna del coronavirus se implanta un microchip 5G» ahora llega a sus pantallas… «la vacuna del coronavirus contiene metales pesados magnéticos» ¿Qué es la prueba de talco y como desmantela el engaño de la vacuna con imanes?
DATOS SOBRE LA PRUEBA DEL TALCO
- La ficha técnica de las vacunas no contiene ningún tipo de metal pesado o metal con propiedades magnéticas.
Para empezar, las fichas técnicas de las vacunas contra el coronavirus que están aprobadas en Europa (Pfizer, Moderna, AstraZeneca y Janssen) están disponibles de forma gratuita y cualquiera puede comprobar que los ingredientes no incluyen metales pesados ni nada parecido a un imán.
Quizás lo más parecido que podamos encontrar en una vacuna (y no precisamente en estas) sean las sales de aluminio, que se utilizan como adyuvante para potenciar la respuesta inmunitaria.
En el caso de que alguna vacuna incluya sales de aluminio, lo hace en un porcentaje muy pequeño, incluso menor que el que se encuentra en la leche materna. Y algunos piensan: ¿y si las fichas técnicas mienten? Pasamos a la segunda pregunta…
- La cantidad de metales ferromagnéticos que caben en una vacuna no sería suficiente para generar este atractivo poder
Supongamos el caso poco probable de que el prospecto mintiera y las vacunas contuvieran metales pesados. Necesitamos al menos un gramo del imán para atraer el metal o viceversa.
El «equivalente» por volumen en la vacuna es aproximadamente un mililitro. Si tenemos en cuenta que las dosis de la vacuna contra el coronavirus tienen un volumen de 0,3 a 0,5 mililitros, literalmente no hay suficiente metal en una dosis tan pequeña de vacuna.
Y en el hipotético caso de que inyectemos toda esa cantidad de metal, nos encontraríamos con que la vacuna tendría un color que ya no sería transparente, el paciente sentiría dolor con la inyección y debería quedar un “bulto” metálico en el brazo.
Modo de implante para lograr el «efecto imán» (si ese gramo de metal se distribuye por todo el cuerpo, el efecto ya no se logrará).
Todo esto es algo que no está sucediendo. Y aun así algunos piensan: “ahora, pero en los videos la gente se pega las cucharas… ¡para que algo sea!”. Pasemos a la tercera pregunta para resolverlo.
- Sobre la prueba del talco: El secreto está en la grasa
En la grasa… y en el sudor. Sí, señores, la explicación de por qué los objetos metálicos se pegan a la piel es mucho menos exótica de lo que podríamos esperar. Por un lado, nuestra piel está cubierta por un manto lipídico, de grasa, que nos protege.
En pieles secas será más difícil que se produzca cualquier tipo de adherencia, pero en pieles más grasas o hidratadas, debido al simple contacto por presión, es posible que objetos con superficies muy lisas queden pegados.
De la misma forma, el sudor tiene una función crucial: cuando la humedad de la piel aumenta, las propiedades mecánicas de la piel cambian dando lugar a una mayor adherencia.
En definitiva, dependiendo de si la piel es más o menos grasa o tiene un mayor o menor grado de humedad (algo que varía entre las personas y las duchas que toman las personas) es posible que ciertos objetos queden adheridos. Pero esto no solo ocurre con los metales sino también con papeles, plásticos u otros objetos preferiblemente con una superficie lisa.
- La prueba del talco no engaña
Si, a pesar de esta completa explicación, tu primo, tu vecino o tu cuñado insisten en que las vacunas contienen metales magnéticos, puedes darles el último golpe con la prueba del talco.
Pídele a tu pariente “creyente del metal” que tome un metal y un imán y los unta con talco para ver qué sucede cuando se unen. Comprueba que, a pesar de estar ambas piezas untadas con talco, seguirán sintiendo atracción y “pegadas” entre sí.
Luego pídele que se unte talco en el brazo y la cuchara o el objeto de metal con el que está demostrando. Y luego déjalo que intente pegarlo en su brazo nuevamente. ¡Sorpresa!
Comprueba que ya no se pega. El talco rompe la magia al absorber la humedad que promueve la adhesión. Si tu familiar todavía desconfía de esta versión pandémica de la «prueba del algodón», no te desanimes. Llegaremos al “efecto manada”, a pesar de las ovejas.
NO CREAS EN AFIRMACIONES SIN FUNDAMENTO
La afirmación defectuosa se hizo en una serie de videos virales que afirman mostrar imanes atraídos por los brazos de los presuntos receptores de jab. Varios clips decían que el supuesto fenómeno era una prueba de que las personas tenían microchip, mientras que otros no explicaban el «desafío del imán».
Solo un video nombró una vacuna específica, alegando que la persona en cámara había recibido la toma de Pfizer / BioNTech.
Sin embargo, estas publicaciones no son evidencia de una reacción magnética ni que los pinchazos de COVID-19 contengan un microchip.
En primer lugar, especialistas han desacreditado conspiraciones infundadas sobre microchips en las vacunas contra el coronavirus durante toda la pandemia, que a menudo apuntaban al cofundador y filántropo de Microsoft Bill Gates.
En segundo lugar, ninguno de los golpes de COVID-19 aprobados en el Reino Unido o los Estados Unidos contiene ingredientes metálicos. Muchas otras inyecciones contienen pequeñas cantidades de aluminio, pero los investigadores de la Universidad de Oxford dicen que esto no es más dañino que las cantidades mínimas que se encuentran naturalmente en casi todos los alimentos y el agua potable.