El presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, Jerome Powell, ha asegurado que el incremento de la inflación en los próximos meses podría ser más elevado y sostenido en el tiempo que lo que reflejan sus expectativas, según las cuales los incrementos recientes se deben únicamente a «factores transitorios».
En la rueda de prensa posterior a la reunión de política monetaria del banco central estadounidense, Powell ha atribuido ese posible riesgo al alza de la inflación a la reactivación paulatina de la economía tras la crisis que ha golpeado Estados Unidos por la pandemia.
«A medida que continúa la reapertura, los cambios en la demanda pueden ser rápidos y grandes y los cuellos de botella, las dificultades de contratación y otras restricciones pueden seguir limitado cómo de rápido se puede ajustar la oferta, elevando así la posibilidad de que la inflación sea más elevada y persistente de lo que esperamos», ha explicado Powell.
El banquero central ha indicado que la recuperación económica todavía permanece incompleta y que los sectores más afectados por la pandemia global del Covid-19 todavía están en un estado debilitado. Pese a ello, el sector inmobiliario está en una posición «sólida» y la inversión de las empresas está creciendo «a un ritmo sostenido».
«Es un momento realmente extraordinario e inusual y no tenemos una plantilla o experiencia en una situación como esta. Tenemos que ser humildes con nuestra capacidad de entender los datos», ha aseverado.
Este miércoles, la Fed ha decidido mantener sin cambios sus tipos de interés en un rango objetivo de entre el 0% y el 0,25%, lo que supone el menor nivel posible, ya que la autoridad no contempla tipos negativos. Además, se ha comprometido a usar «el abanico completo de herramientas» para apoyar a la economía de Estados Unidos durante esta crisis con la intención de incentivar su objetivo dual de pleno empleo y estabilidad de precios.
Por otro lado, el instituto emisor ha mantenido su intención de comprar 120.000 millones de dólares al mes en activos hasta que aprecie que se han realizado «progresos sustanciales» hacia sus objetivos de pleno empleo y estabilidad de precios. Las compras se compondrán, como venía siendo habitual, de 80.000 millones mensuales en bonos del Gobierno y 40.000 millones en titulizaciones hipotecarias.