Yoga que se mete debajo de la piel: En Yin Yoga, las posiciones se mantienen hasta por 5 minutos, actuando así sobre el tejido conectivo profundo de tu cuerpo. Un aspecto esencial es el equilibrio del yin y el yang.
Si bien nuestra vida diaria es muy rápida y activa (= Yang), el Yin-Yoga es el equilibrio ideal para relajarse después de un día turbulento.
Además, este estilo de yoga es un complemento perfecto para la práctica de yoga yang más activa, donde ejerces más tensión sobre tus músculos. En Yin Yoga puedes ser completamente pasivo y dejar ir. ¡Sumérjase en los beneficios de la lentitud y el silencio del Yin!
¿QUÉ ES YIN YOGA?
Hatha Yoga se refiere a las fuerzas del sol (ha) y la luna (tha). En la tradición taoísta, donde se encuentran las raíces del Yin Yoga, se habla de Yin y Yang. Estas fuerzas también actúan en nuestro cuerpo. Yin yoga debería ayudar a llevar estos aspectos a un equilibrio saludable.
Por lo tanto, la parte de la práctica del yoga con énfasis en el yin es lenta, consciente y tranquila, mientras que el yoga orientado al yang es principalmente dinámico, activo y vigorizante.
Sin embargo, la forma original de nuestro yoga moderno se puede encontrar en los estiramientos suaves y la prolongada permanencia en las asanas, la autoconciencia consciente y el flujo libre de la respiración.
CÓMO PRACTICAR YIN YOGA
Las posiciones yin se mantienen durante 3 a 5 minutos. Durante este tiempo significa “no hacer nada”, entregarse completamente a la postura y soltarse. Este suave camino tiene un gran efecto en tu cuerpo:
Yin yoga funciona como una sesión de acupuntura, solo que sin agujas. Manteniendo las posturas de yin yoga durante mucho tiempo, se abordan varios meridianos y se liberan posibles bloqueos.
El sistema de meridianos parece estar conectado a la capa más profunda del tejido conectivo, por lo que el flujo de energía vital se ve influido positivamente.
En contraste con una práctica de yoga orientada al yang, donde principalmente dejamos que nuestros músculos jueguen, el yin yoga se dirige a las capas más profundas del cuerpo, como las fascias, los ligamentos, los tendones y las articulaciones.
Yin Yoga ayuda a deshacerse de los viejos patrones de pensamiento y a desarrollar una confianza saludable en la vida. Con Yin Yoga, el silencio en ti cobra vida y los opuestos se equilibran.
¿Quizás el yin yoga es incluso la madre del hatha yoga? Ya en el Hatha Yoga Pradipika (HYP), una de las escrituras clásicas de yoga más conocidas, se describen algunas posturas Yin para preparar el cuerpo para la meditación.
Pero las escrituras antiguas ya conocen el equilibrio perfecto del yin y el yang, por lo que la segunda mitad del HYP está dedicada a posturas yang más poderosas, como la posición del antebrazo.
ORIGEN E HISTORIA: DEL YOGA TAOÍSTA AL YIN YOGA
Aunque el yin yoga probablemente ha existido durante muchos siglos, existe una especie de historia del «yin yoga moderno».
Comienza en un cobertizo de mecánico de automóviles en Montana, donde Pauli Zink no solo reparaba automóviles, sino que también enseñaba yoga taoísta. Paulie Zink aprendió artes marciales asiáticas desde una edad temprana y su maestro Cho Chat Ling lo nombró su sucesor.
Paulies Zinks Yoga recibió la aprobación: las posiciones largas mantenidas, la afluencia de los cinco elementos y los elementos yin y yang deben haber ejercido cierta magia en las personas.
Esto también se aplica a Paul Grilley, quien en 1987 vio un reportaje de televisión sobre el artista marcial extremadamente flexible y se puso en contacto con él.
Grilley estaba particularmente entusiasmado con el largo tiempo que ocupaba los cargos y se convirtió en alumno de Paulie. De hecho, Grilley enseñó anteriormente yoga orientado al Yang como Ashtanga.
Estudió anatomía y finalmente tuvo la idea de ofrecer sus propias lecciones de Yin Yoga, donde incorporó sus conocimientos anatómicos y hallazgos del Dr. Hiroshi Motoyama, quien ha publicado mucho sobre las conexiones con los chakras, los meridianos y la anatomía humana. En ese entonces, Grilley llamó a todo el yoga taoísta.
Una conocida estudiante de Paul Grilley, Sarah Powers, finalmente tuvo la idea de llamar a este estilo de yoga suave Yin Yoga. Sarah también es otra figura interesante en la historia del Yin Yoga, ya que combina el Yin Yoga con componentes de la psicología budista.
YIN Y YANG – LA PAREJA INSEPARABLE
Un aspecto esencial en Yin Yoga es el equilibrio del Yin y el Yang. Son tan diferentes como puede ser una pareja y, sin embargo, son inseparables.
El símbolo taoísta Taijitu describe los dos aspectos que no pueden existir sin el otro. En cada mitad hay una parte de la otra mitad, por lo que forman una unidad.
Una imagen tradicional es una persona recogiendo arroz: la espalda está vuelta hacia el sol (yang), el frente hacia la tierra (yin). Yin y Yang son relativos, porque están relacionados entre sí y contenidos el uno en el otro. O están en equilibrio o no lo están.
La imagen de un agricultor de arroz se usa a menudo para ilustrar el Yin y el Yang: la espalda está vuelta hacia el sol (Yang), el frente hacia la tierra (Yin). Yin y Yang también actúan en nuestro cuerpo y en nuestra mente. Se supone que el yoga armoniza estas fuerzas.
Nuestro lado yin es menos activo, más cercano al núcleo del ser, seco y fresco, receptivo y más hacia la tierra. A nivel físico, por ejemplo, los tendones y ligamentos se asignan a Yin.
Nuestro lado yang es más activo, ama el calor y la luz y está más cerca de la superficie. Las partes duras e inelásticas del cuerpo, como los huesos, las articulaciones, la piel y los músculos, son parte del Yang.
Yin y Yang son mutuamente dependientes. En nuestro tiempo, la vida suele ser muy rápida y activa, por lo que el Yin Yoga es el equilibrio ideal después de un día turbulento.
