¿Estoy vivo? El nombre de la serie de RTVE no puede ser más tercero: ni ellos mismos lo saben. Después de tener cierto éxito en las primeras temporadas de la ficción ahora ha pegado un bajón en la audiencia que lo ha dejado con medio cuerpo dentro de la caja de pino.
Si Estoy vivo pretendía sobrevivir ante los tiburones de la competencia quizá el camino seguido en la última temporada no ha sido el más adecuado. Que Anna Castillo, una de las actrices más destacadas de la producción, abandonase la trama tampoco ayudó lo más mínimo. De hecho, estos y otros motivos que hoy te relatamos nos pueden ayudar a pensar que la historia se ha acabado para siempre.
4EL MIEDO A QUE ESTOY VIVO SE ACABE REPENTINAMENTE
Uno de los miedos de los fans es que los responsables decidan suspender la serie y se le dé un final repentino que estropee lo que hasta ahora estaba siendo un producto de calidad. Por de pronto, y recién acabada la cuarta temporada de Estoy vivo, esto no ha pasado
Esta comienza con un apagón mundial que afecta también a La Pasarela. El apagón encuentra a Iago (Alejo Sauras) en la tierra, a dónde ha bajado para jugar un partido de fútbol, mientras que Susana y Adriana están en La Pasarela.
Una de las consecuencias que tiene el apagón es que desaparecen los pasajeros de un autocar que se dirigía a Almería. Un hecho que se ven obligados a investigar los Vengadores de Vallecas. Gracias a eso descubren la existencia de una organización llamada la Hermandad que pone en riesgo a La Pasarela.
