Siempre se ha hablado de la importancia del ejercicio cuando se trata de ganar de salud en combinación con la dieta. Sin embargo, el exceso de actividad física te puede pasar factura, y causar efectos contrarios al bienestar que buscas en un primer momento.
Y es que, aquí tiene cabida el hecho de que los excesos son negativos. Por tal motivo, llevar una buena rutina de actividades es la clave para que puedas aprovechar las ventajas que implica mantener el cuerpo en movimiento.
Seguramente consideras que, mientras más ejercicios hagas mucho mejor. Pero, la realidad de todo esto, es que en la medida que tengas buenos hábitos en tu vida, lograrás forjar cambios relevantes. Así pues, nunca te verás en estos escollos que vienen aludidos a que haces demasiado ejercicio.
4Estarás muy débil
Está claro que con el ejercicio se busca fortalecer el cuerpo. Y lo puedes lograr siempre y cuando internalices que la razón de la actividad física no recae en hacer más, sino hacerlo bien para que pueda darte efectos buenos efectos según tus intensiones (bajar de peso, quemar grasa, aumentar masa muscular o tonificar. A pesar de las ventajas que obtienes al ejercitarte, la contra puede llegar cuando haces mucho ejercicio.
Tus defensas estarán muy bajas y te vas a sentir débil. Si bien asociamos con el ejercicio a que las defensas van a estar altas, cuando te apuntas a estas actividades de manera intensa, es donde cobran protagonismo los problemas. Tu organismo no estaría teniendo descanso, y ese respiro para coger más energías, es fundamental para que pueda funcionar correctamente.
Dicho de otro modo, tú puedes hacer ejercicio. Sin embargo, debes descansar por un tiempo para que el cuerpo puedas tener una recuperación óptima tras el estrés de haber hecho ejercicio. Porque naturalmente aparece este factor estrés, aún cuando la persona se sienta bien.
