El vicepresidente de Operaciones internacionales de la red social Facebook, Nick Clegg, ha defendido que la suspensión de la cuenta del expresidente estadounidense Donald Trump en la plataforma está «justificada», tras las críticas vertidas por el magnate contra la decisión.
«Entendemos que tomar una decisión así es controvertida», ha dicho en una entrevista concedida a la cadena de televisión estadounidense ABC, antes de agregar que el trabajo de Facebook «no es tomar decisiones pensando en qué lado del espectro político va a estar de acuerdo o en desacuerdo».
Así, ha recalcado que el objetivo es «hacerlo de una forma que sea justa, transparente y proporcionada», al tiempo que ha defendido que la decisión inicial de una suspensión «indefinida» de la cuenta fue «un error». «Era necesario un proceso claro, unos estándares claros y unas sanciones claras, que ahora están», ha argüido.
«Hemos establecido qué sanciones pueden aplicarse para lo que espero que sigan siendo casos muy raros de figuras públicas usando nuestras aplicaciones y servicios para decir cosas de una forma que fomente o, en este caso, aplauda a involucrados en disturbios y violencia en esos mismos momentos», ha explicado.
En este sentido, ha argüido que esas sanciones establecen que «en este caso particular, la más severa está justificada». «Es una sanción de dos años (…) que expira en enero de 2023», ha dicho Clegg, quien ha resaltado que «no espera» que Trump esté de acuerdo con la decisión.
Por otra parte, ha señalado que Facebook «tiene un abanico de herramientas» para hacer frente a la desinformación, incluidas afirmaciones falsas sobre las elecciones, y ha insistido en que se aplica también a personas que no ocupan cargos electos, por lo que serían extensibles a Trump en caso de que mantenga su conducta fuera de la política.
«Tengo que ser muy claro. No creo que nadie quiera que una empresa privada como Facebook vete todo lo que la gente dice en redes sociales por su exactitud y que expulse a gente de la plataforma si algo es inexacto», ha apuntado. «Podemos explicar a los usuarios que los que comprueban la información ven algo inexacto. No creo que quieran que Facebook sea un tipo de Policía de la verdad», ha zanjado.
De esta forma, Clegg ha reseñado que «la democracia estadounidense no pertenece a Silicon Valley, pertenece al pueblo estadounidense«. «Las personas que deben fijar las normas sobre la democracia estadounidense y sobre dónde debe trazarse la línea en qué es o no es aceptable no deberían ser las empresas privadas, sino los parlamentarios», ha añadido.