El ministro de Salud de Colombia, Fernando Ruiz, ha aclarado a la Comunidad de Madrid que «no existe una variante colombiana» del coronavirus, una afirmación respaldada por la Organización Panamericana de la Salud (OPS), después de que el viceconsejero de Salud Pública y Plan COVID-19 de la región española, Antonio Zapatero, haya relacionado una cepa con el país sudamericano.
«Antonio Zapatero, que un país reporte una cepa no lo define como lugar de origen (…). Esas imprecisiones alimentan la xenofobia», ha lamentado el ministro colombiano en una publicación en su perfil de Twitter, en referencia a las declaraciones del viceconsejero de un aumento de «la mutación 484 de la variante colombiana» en la Comunidad de Madrid en las últimas semanas.
Al respecto, se ha manifestado también la OPS, quien, a través de un comunicado, ha reiterado que «no existe una variante colombiana de la COVID-19».
«Sobre la información que circula en varios medios europeos sobre la preocupación de la Comunidad de Madrid frente a una supuesta variante colombiana de COVID-19, la OPS sostiene que no existe una variante colombiana del virus, y que esta en particular se trata de una variante más de las identificadas en el país«, ha asegurado la organización.
En este sentido, ha recordado que en enero de 2021 el Instituto Nacional de Salud (INS) de Colombia pudo caracterizar un linaje de la COVID-19 que circula en Estados Unidos, Curazao, México, Países Bajos, Dinamarca, Alemania, España y Colombia, «y seguramente más países».
Este linaje, como ha detallado la OPS, se trata de la variante B1.621, que ha sido denominada «de manera equívoca» como «cepa colombiana».
Al respecto, el INS de Colombia ha recalcado que el país «detectó» y «reportó» la variante, pero que «no se trata de ningún linaje colombiano, si no de una investigación colombiana».
«Que lleguen colombianos con B1.621 a España si es posible, así como de Estados Unidos, Alemania o México. Y de la misma manera es posible que a Colombia lleguen o hayan llegado españoles con ese linaje», ha apostillado.
La OPS ha manifestado que no es la primera vez que se relacionan las variantes del virus con el origen geográfico donde se identificaron, mientras su asesor regional en enfermedades virales, el virólogo Jairo Méndez, ha advertido de que «esto resulta delicado».
«Además de generar información confusa sobre el origen del virus y el riesgo potencial que representa cada una de las variantes, propicia la discriminación y la estigmatización de países o territorios», ha avisado, para apuntar a que, a partir de ello, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha resuelto esta semana «establecer nuevos nombres para las variantes de la COVID-19 utilizando para su nomenclatura las letras griegas».
Igualmente, la organización ha resaltado la participación de Colombia en proyectos de vigilancia, investigación y desarrollo sobre virus respiratorios como el coronavirus, así como sobre variantes de interés, entre otros.
Respecto a la variante B1.621, aún no clasificada por la OMS como de interés o preocupación, la OPS ha detallado que circula en Colombia en territorios como Caquetá, Nariño, Amazonas, Vichada, Arauca, Bolívar, Sucre, La Guajira, Magdalena, Sucre y Antioquia.